lunes, octubre 19, 2009

Capitulo 10.1 : Acciones y anhelos.

El sol se vuelve una red a través de las hojas, las copas de los árboles están dos metros por encima de mi, los aguacates que caen de estas son mas grandes que mis manos, las hojas en la tierra desparecen mis zapatos, me estiro un poco y arranco una fruta de un color mezclado entre rojo y verde, la guardo en mi bolsillo, una voz me llama, corro hacia ella dando pequeños saltos, el sol junta mis parpados, momento después una enorme sombra frente mío recupera mi visión, tomo su mano y caminamos hacia la cerca por el sendero de tierra.

No dejo de culparme por alejarme de él, en sus últimos días, tal vez deje de verlo por que no soportaba su imagen, me encerraba en la nostalgia de su antigua presencia, tal vez deje de verlo, por que estaba ocupado siendo un idiota con ella, tal vez deje de verlo, por que prefería estar ebrio la mayoría del tiempo, tal vez deje de verlo por que sentía vergüenza de que me viera en mi estado.

Nos subimos a la camioneta, me subo en la parte trasera, me gusta que el viento golpee mi rostro al alcanzar velocidad, me gusta estirar las manos para tomar las ramas que se acercaron de mas al camino de grava y tierra, me gusta agacharme y meter la cabeza por la ventanilla trasera de la camioneta, el estar afuera y adentro al mismo tiempo es una de mis adicciones, me gusta sentirme libre ahí atrás, me tiro en el metálico suelo del que estoy proveído, y saco la extraña fruta, la analizo detenidamente, estoy muy centrado en ella para pensar en mi seguridad, sin embargo soy valiente, se que el me esta observando, me esta custodiando a su manera.

Tengo solo recuerdos desagradables de las pocas veces que lo visite, entre ellas una me apena en sobremanera. Era un día extraño, el sol brillaba como en los días felices, solo se dedico a intensificar los colores a mí alrededor, el clima era fresco. Entre a su habitación, me miro un segundo pero sabia que no me reconocía, solo mi tío me saludo, el había pasado toda la noche a su lado, me acerque a él, y le pregunte que si quería ver la película “rise of hannibal”, y asentó.

Mientras observábamos la película su sonda se desbordo, su espalda estaba empapada, mi tío me pidió que lo ayudara a levantarlo, dude por un momento, sabia que el no tenia fuerza para incorporarse y tendría que usar todo el brazo, yo estaba en el lugar equivocado de la cama, mis brazo estaba decorado con un gran numero de llagas, que la anoche anterior había hecho con cuidado, para que no fueran mortales, sintiera el placer del dolor y alteraran a los espectadores en especial a ella.

Lo levantamos, el ardor en mi brazo era extraño, pero nada más que eso. Cambiamos las sabanas, lo recostamos y corremos otra vez la película, el voltea hacia mi.

_ ¿Hijo?, ¿Cómo estas? – Me dice, mientras sus ojos no dejan de mandarme su confusión-.
_Bien abuelo, ¿como te sientes?

_Pues como siempre, me siento bien, ya me quiero ir a la chingada de este puto hospital, quiero unos chicharrones con salsa verde y unos frijoles.

_El doctor te dijo que no puedes ni siquiera pararte.

_Los doctores son una bola de pendejos, al igual que tu cabron.

_Pues como sea, ahora te chingas – tenia que tomar el control de alguna manera-, por que nadie más que ese pendejo te sacara de aquí.

_Pues me vale madre, yo no se que tanto me chingan, solo quiero morirme y ya, todos estos hijos de la chingada nada mas vienen a verme como si fuera la puta feria.

Llegamos a la hacienda, baje de un brinco de la camioneta, mis rodillas sienten la presión pero no me importa y corro hacia el portón. Abre su cuarto, y comienzo a curiosear en la infinidad de artículos que ahí se encuentran, no dejo de ver su escopeta, la trato de agarrar y de un grito me dice que no la toque, le obedezco y nos dirigimos hacia el comedor.

Están algunos de sus hermanos, y la platica obligada en la mesa comienza, yo empiezo a hablar de los últimos adelantos científicos, y el hace alarde de mi sobrenombre “el científico loco”, los demás se ríen, pero se que de alguna manera el me esta ayudando a sorprenderlos.

Salgo del hospital, para fumar un cigarrillo, trato de tranquilizarme y solo quiero ver a mis amigos para subir a esa camioneta y embriagarme como si no hubiera un mañana.

Vamos por el pasillo hacia su cuarto y saco la fruta para esperar sorprenderlo con mi descubrimiento, el la toma entre sus alargados dedos y mientras la observa su cara revela disgusto.

_ ¿Por que la arrancaste?

_No, estaba tirada – miento, se que algo va mal-.

_Los aguacates no valen nada así, tienen que estar grandes, tenemos que esperar hasta que el árbol los termine de alimentar, solo así podemos esperar a que maduren.

Solo mantuve la cabeza baja, me dolió decepcionarme y no tener su aprobación.

_Pues ya ni modo, pero ya sabes que no las tienes que volver a arrancar, bueno vamos a afuera.

Salimos a la calle, mientras caminábamos todas las personas del rancho lo saludaban con emoción, si el se les acercaba todos lo miraban con respeto e interés, mientras íbamos de persona en persona, de anécdota en anécdota, la noche se fue acercando.

_Vamos a dormir, mañana hay que levantarnos temprano y luego no te vas a despertar.

_Aunque no duerma voy a despertarme, soy más confiable que el pinché gallo que tienes afuera del cuarto abuelito.

_El gallo no solo dice la hora, si no también el clima y los días buenos o malos, ¿crees que le puedas ganar en eso?

_Si – respondí sin pensarlo-.

Y mientras íbamos a dormir no tenia idea de que ya tenia una meta, tenia que trabajar duro para no decepcionarlo otra vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"el estar afuera y adentro al mismo tiempo es una de mis adicciones" ¡? Jajajajaja xD no te la mames...