sábado, enero 09, 2010

Capitulo 22. Amantes de corazón holgazán.

Nuestros encuentros son algo extraños, nuestras conversaciones son toscas y en ocasiones aburridas, tus aventuras dentro de la ciudad no me interesan demasiado, mis autores y mangas te causan el mismo efecto, nuestros besos son cortos, al hacer
el amor siento que algo no anda bien, prefiero ignorarlo, no destrozare todo en diez segundos por la paranoia y la impaciencia, le doy tiempo a nuestras vidas.

Me he mantenido en el sendero durante un tiempo, me visitas de vez en cuando, me concentro en el estudio, sigo siendo un ermitaño casero, mi preocupación se va haciendo cada vez mas evidente, decido llamarte.

Una hora después tocas mi puerta, pasamos a mi cuarto, nos recostamos uno al lado del otro mirando el techo, nos abrazamos, un beso escapa, te subes a mi pecho y adoptas la mirada y la actitud de una niña juguetona, no se como responder a eso, me quedo en blanco, mi instinto a fallado.

Comienzo a tocarte, tal vez me lleve a recordar, me rechazas, tienes un antojo diferente, te convenzo, y solo resulta sexo. Mientras cometemos esta imprudencia recibes una llamada, decides contestar, es una amiga de la que no sabemos hace años, decido jugar y hacerte pasar vergüenza, decido tratar de sacar uno de tus espasmos pasionales, lamentablemente no tengo con que hacerlo, algo anda rematadamente mal.

Nuestras ropas regresan a su lugar, salimos a la calle cobijados de discusiones estúpidas, solo se escuchan murmullos salir de nuestros labios, no entiendo ni una palabra, soy un vegetal.

El camino es gris, sin belleza tu lado, no se que es lo que ocurre, solo se que no quiero volver a perderlo.

Decido pedirte un día mas, uno donde no habrá mas que nosotros dos, moriré antes de que tengamos un día sin color.