jueves, diciembre 31, 2009

Don’t Panic, I love you.

Cuando un extraño rompe mi soledad y quietud, por lo general pregunta el como me encuentro, y sin mas que poder hacer miento y le digo que estoy demasiado aburrido; Insisto en lo intolerable y banal de mi situación, creo mundos excitantes y regalo pensamientos exóticos, aunque la verdad es que no e tenido el placer de conocer a una persona, que se interese más en el instante, no más que yo.

No recuerdo un solo día en el que no imagine el mundo dentro del grano de arena, que no envidie la transparencia de un cristal, que no evoque en mi corazón y pensamiento la fuerza del metal, la intensidad y seducción del chocolate, el peligro al emular el viento.

Parece una carrera contra la realidad; pero solo intento ser parte de ella, apreciarla, tocarla, disfrutarla.

¿Por qué todo es tan hermoso? Por que es interesante.

P.d. Te extraño en maneras que antes no podía imaginar, pero gracias por dar luz a tu presencia, eres lo mas extraño y excitante que e hallado en mi vida Daniela, por eso te aprecio tanto, espero que el cielo este nublado el día de mañana, así solo te mirare, mientras el mundo sucumbe ante el gris.

lunes, diciembre 14, 2009

La verdad después de todo no es un ancla.

Hace mucho tiempo un adolescente decidió aniquilar su propia naturaleza y ¿todo esto para qué? Muy simple, para ser amado.
El miedo le causaba desesperación y aburrimiento, su corazón simplemente quería salir de esa burda prisión, abandono una vida que emulaba a la de una bestia; una que había sido domesticada y abandonada.
Lo que nació de eso no fue más que un quimérico engendro, aun más volátil que su original, dependía de su soledad así como del amor.
De esto no salió nada bueno, al final nunca pudo estar satisfecho, algunos días se despertaba añorando al amor, otros solo se cobijaba a la luz de una vieja lámpara acompañado de un libro, pobre miserable. Pero de no haber pasado todo aquello que definió su ambigua naturaleza, tal vez ya no estaría vivo.
Su vacio lo mueve, lo alienta, lo fuerza, no es posible detenerse, cuando se encuentra tan hambriento.
Y con respecto a su nueva vida, parece que siempre se resuelve por una epifanía, que sirve tanto, como un instante.
Pd. Gracias por los comentarios, creo que un consejo lo necesita cualquiera, si no seriamos como dioses o bestia, (no quiero psiquiatras por lo general no los entiendo y solo termino drogado con algún fármaco controlado [pero claro que algunos los ayuda mas que otros, yo prefiero a personas comunes y corrientes para esto], así es la sinceridad es todo, y creo que tal vez necesite conocer mas gente, solo tengo que olvidar de que e conocido muchas mujeres estúpidas) de muchas maneras no es tolerable la soledad y más cuando se necesita de alguien más.

miércoles, diciembre 09, 2009

Cobardes visitas y estupidos errores.

Bueno como había dicho, no voy a subir nada de la historia, no por que no quiera, si no que las continuaciones están en la lap comatosa, como sea creo que eso ya había quedado entendido, solo que hoy vengo a pedir la ayuda de cualquier lector (digo cualquiera que tenga una pizca de madurez y perspicacia).

Desde hace unos años me encuentro varado en mi propia inmundicia, en el luto y la vigilia, es decir, soy un perro cuidando la tumba de su amo, sea que me afecte o no, no a pasado un maldito día sin que recuerde su nombre, sin que ansíe sus labios, sin que sienta el miedo de volver a toparme con ella, no a pasado un solo día sin que recoja del mundo lo mas hermoso e interesante, de que lo destile y lo analice, para dárselo en un ornamentado obsequio.

Tengo miedo de confesarle que aun la amo, tengo miedo de unirme a ella y no vivir lo que el futuro me depararía en su ausencia, de tal vez no llenar los zapatos, de que me vuelva a decepcionar, e metido tanto sentimiento y poesía en su recuerdo, que tengo miedo de haberme enamorado de una musa etérea, de volver a mirar el amor en sus ojos y solo ver un recuerdo mutilado por la realidad.

Ahora es algo más que una herida, una hemorragia alimentada por mi mente, una historia inconclusa, una adicción en aumento, una abadía, una canción, un dolor sordo, un animal de caza, un imbecil con depresión crónica.

En pocas palabras, estoy deprimido, ella esta igual de confundida que yo y nadie a cedido.

domingo, diciembre 06, 2009

Doa

Por el momento no subiré nada ya que tenemos algunos problemas técnicos con la lap, y como el ciber no es el lugar más inspirador del mundo, hasta que no se arregle la cosa, no habrá nada up.

Gracias por su comprensión, se aceptan mentadas (pero muy leves), y con respecto a la historia, pues, la vida a estado un poco perezosa respecto a su trabajo de regalarme ideas.

viernes, noviembre 20, 2009

Capitulo 21. La nostalgia de los huraños.

Parece que la ciudad te va bien, has hecho amistades que en el pasado nunca hubieras imaginado, tus pasos transmiten más seguridad, tus intereses son más variados, tu sentido de la aventura no durara mucho tiempo dormido.

Esta ciudad realmente apesta, su temperatura me obliga tomar al menos dos duchas al día, los lugares interesantes están a distancias ridículas, el índice de robos no te permite estar más de tres horas en la calle después de las 8 de la noche, el horario de mi facultad apesta, las tarifas de mi celular son ridículas, pareciera que implementaran el aserrín en el transporte publico, estratosféricos costos en los lugares “inn” de la ciudad y por sobre todo la comida insípida, parece que después de todo soy un pueblerino.

Mi primer visita al parque de diversiones “666 astas”, fue una experiencia para recordar, desde los 5 años siento temor hacia las atracciones mecánicas; no es buena idea hacerle cerrar los ojos a sus hijos y después decirles en la cima de la “corona” que los habrá y mucho menos si esta gira en sentido inverso.

Nunca supe bien el por que fui a este viaje, mi máximo limite de adrenalina eran los carros chocones, cualquier otra cosa haría que me diera un ataque de ansiedad. Mi plan era mantenerme lo mas alejado de las montañas rusas, y estar en el resguardo de alguna masa de gente, exacto, me convertiría en una cebra entre ellas, así que tome como escudo a uno de mis compañeros que radicaba en las provincias aledañas a mi ciudad natal, lo llamábamos Opopeo. Pensé en, por que no, si yo le temía imagínate él, al final el me rogaría por seguir en la seguridad del suelo y como buen compañero le serviría de apoyo.

Nuestros compañeros se movieron como perros de caza, hurgando, olfateando, marcando el territorio, y de pronto nos vimos envueltos entre ellos. Caminamos un rato hasta topar con un edificio, hecho de cantera artificial, mientras explorábamos el recinto, me sentí mas seguro, parecía solo un museo del mayor y más grande héroe de historietas americanas; para mi es solo un puñetero maricón con súper poderes. Cuando parecía que veíamos la salida me tope con algo inesperado, una enorme fila de barandales rojos, de esos que se usan para mantener las filas en orden, y me pregunte por un momento si habíamos entrado por la salida.

Apresuramos el paso, hasta que nos encontramos con puñado de gente, unas veinte al menos, estaban detrás de unos barrotes que los separaban de los rieles, al ver eso mis pies solo dijeron, largate en este momento si quieres vivir, era demasiado tarde al voltear la fila detrás de mi era de por lo menos diez personas y por detrás de ellos salia un carro con el Alíen y el Árbol gritando con euforia.

Llego mi turno, Opopeo se subió a mi lado, los cinturones y barras de seguridad se ajustaron frente a nosotros, los vagones espesaron a moverse, mi cuerpo goteaba de adrenalina, cuando se disminuyo la velocidad espere que hubiera pasado lo peor, el carro da un giro de noventa grados y me encuentro de frente con una colina de metal que nos jala poco a poco hacia la cima, mientras subimos una voz me distrae del terror que estoy sintiendo.

_ Mira pinche Dorian, el estacionamiento esta bien perrón.

_!¿Estas viendo el estacionamiento?!!Pendejo, no te das cuenta que nos va a cargar la ch…!

Justo antes de terminar mi ultima frase me encontraba cayendo a 120 km/h por una rampa, los calambres por el esfuerzo me hicieron relajarme a la fuerza mientras subía y bajaba la serie de sintéticas colinas. Mientras volteaba a ver el estado de mi compañero me quede perplejo al ver el aburrimiento en su rostro, de una u otra manera termine admirando a ese maldito insensato.

Al bajar, mi cuerpo no dejaba de irrigarme de adrenalina y así sin mas termine subiendo a todas las atracciones del parque.

Cuando llego la hora del almuerzo, fuimos al área de bagetts, pero como buenos preparatorianos decidimos pedir cerveza para bajar la comida, contábamos con nuestro as bajo la manga, Opopeo aunque aparentaba menos de catorce tenia algo que nadie de nosotros tenia y eso lo llevo con la cajera.

_Me puede vender 5 chelas por favor?

_Me puede mostrar su identificación por favor – respondió la cajera entrecerrando con desprecio los ojos-.

Un minuto después se acercaba Opopeo con las 5 cervezas entre sus brazos y comenzó a repartirlas. Tomamos las cervezas en el aire e hicimos un brindis en su honor, mientras devorábamos todo ese “exótico baguette”, Opopeo no tardo en dar una de su acostumbradas opiniones.

_Estas chingaderas no saben a ni madres – exclamo con su característico acento-, para los 200 varos que pague, mejor que me traigan un bisteck con frijoles negros como en mi rancho.

_Buey, el hecho de que nunca lo hayas probado no significa que no este bueno – respondí asertivamente-.

Cuando recuerdo todo esto, me siento como un idiota, siempre tropiezo con la sabiduría de la gente que yo veía más simple. Creo que mantendré mi camino de la casa a la escuela y solo me abstraire en un buen libro y cuando menos lo piense estaré fuera de esta estúpida ciudad, o por lo menos eso espero.

martes, noviembre 17, 2009

Capitulo 20. Amnésico comienzo.

Me acostumbrado a tus uñas marcando mis palmas, a ignorar a los curiosos en nuestros públicos besos, a los piropos de hombres y mujeres, a tus ganchos al hígado, al gracioso timbre tu voz, a la suavidad de tu nuca, a tropezar en cada cuadra por intentar besarte, a mi mano apropiándose de tu cadera, a recordar por que te amo.

Llego el 14 de febrero, en realidad me importa un carajo la festividad, pero si lo deseas, podría correr en pañales, alas y arco, por toda la Madero mientras sostengo una pancarta con un poema.

Por suerte para mi eso no sucedió y para tu infortunio nunca te conté mi idea ya que me lo hubieras pedido, sin embargo me vestí para la ocasión, una playera rosa y un pantalón azul pastel, solo me hizo pintarme en la frente “propiedad de …”, compre varios regalos, nunca se que regalarle a una mujer y en especial a ti, así que tomo la ley de la probabilidad, 1 de 3, pero el hecho de que meta semi-lógica y estadística, no significa que no ponga todo mi empeño al escoger cada uno, por lo menos diré que lo intento.

Es cierto que por ella hago demasiadas cosas estúpidas, sin embargo las serenatas habían quedado en el pasado, la primera vez mi dama no salio, la segunda tampoco, en las dos la gastritis hizo su trabajo con licores que valían menos que el alcohol etílico, en las dos aprendí canciones; con las que antes hubiera comido ojivas nucleares y defecado para hacerle compañía al sputnik (si es que aun existe), en las dos llegue a la mañana siguiente con una cara merecedora del doble de Edward manos de tijeras o en su defecto Cristian Bale en el maquinista, en las dos viaje algunos kilómetros en una camioneta con el cobijo del viento de la madrugada. En realidad todo esto no es razón suficiente para no darte otra serenata, cierto las dos fueron para ti, solo que no contaba con los medios suficientes, y “los músicos” no hubieran hecho la labor humanitaria viajando el triple de kilómetros que en los años pasados (odio que mi bolsillo este en crisis).

Aun con la ausencia de la serenata, me dispuse a poner todo mi empeño en hacer un día especial, llegue una hora antes al lugar de la cita, me importo poco los títulos que las miradas enmarcaban sobre mi aire, estas iban desde “pobre ingenuo”, “idiota”, “mandilón” y “necesito uno de esos”. Llegaste unos quince minutos tarde, un buen tiempo considerando el limite que te había establecido (digamos unas seis horas).

Tu rostro inquieto, tus ojos tratando de dispersar la multitud para encontrar mi figura, desaparecieron la gravedad que me ataba a mi asiento, camine unos segundos hasta tomarte por la espalda, volteaste sorprendida reconociendo mis manos y como si faltara sellamos el acontecimiento con esos inolvidables besos.

Caminamos un rato por los jardines de la universidad, hasta topar la calle, y emprendimos la caminata hacia mi barra de sushi preferida; nunca supe si en realidad te agradaba el pescado crudo, o si solamente lo soportabas por mi obvia afición.

La comida duro poco, nos dirigimos hacia mi casa, no sabia como ocultar mi falta de capital, aunque aun tenia el regalo perfecto para los dos en mi cuarto.

Apenas la puerta se cerro detrás nuestro, saltamos encima de nuestra presa, todo era tan salvaje e instintivo, ni una sola idea pasaba por mi cabeza, nuestra naturaleza hacia de las suyas en nuestros cuerpos.

El pasillo convertía en eco nuestra respiración, nuestras manos prestaron poca importancia a la ropa, nuestras bocas se inscribían sobre cualquier punto vulnerable, las paredes enfriaban nuestras espaldas, nos prestábamos a un sueño impetuoso.

Aun así el camino hacia mi cuarto era largo, la cocina estaba a unos pasos.

Hicimos parte del deseo el comedor, las sillas sirvieron apoyo, el mantel de punto de anclaje, tomamos de metrónomo la vajilla al romperse.

Las escaleras estaban cerca, aun no habíamos completado todo aquello.

El cuarto permanecía cerrado, las llaves olvidadas, los barandales fueron nuestro único apoyo.

Descubrimos un cuarto vacío, lo donamos a nuestra causa, encontramos unas cobijas olvidadas, improvisamos una cama y así seguimos hasta que el atardecer enrojeció el cielo.

La humedad de nuestros cuerpos en frenesí molesto un poco al terminar, la ducha estaba a unos pasos, simplemente perfecto.

El agua estaba helada, no lo suficiente para detenernos, no para tomar para bloquear nuestra inspiración, no para descansar.

El viento helado al salir de nuevo nos llevo a cobijarnos en nuestra carne y así continuo hasta al anochecer.

Me hubiera encantado que durmieras a mi lado, o al menos intentar dormir, pero tu hermana llamo, hubieras cambiado el timbre para ella, algo más al estilo de la caza salvaje (no es que este tuerta ni mucho menos).

A todo esto quien recordó el dinero.

domingo, noviembre 15, 2009

Capitulo 19. La tonada de una precoz tempestad.

No se que es lo que me llama de las tormentas, las calles vacías, la falta de silencio, tu piel cubierta de humedad, el temblor de tu rostro, la sensación de tu pelo recordando la yerba con rocío entre mis dedos, las traviesas gotas corren a esconderse entre tus pechos, la excusa de compartir el calor entre nosotros, los besos entorpecidos por el frío, mi plan confabulado a la lluvia, los truenos protegiéndonos de los seres sensatos.

Hace varios años el sonido de la lluvia me recordaba la felicidad. Era solo un niño acompañando a sus padres, en un pequeño puesto ambulante, mi anhelo durante todo el año era esperar el mes de mi nacimiento. El aniversario de mi nacimiento era algo que pasaba para mi inadvertido, el hecho de que aguardara este día, era el inicio de la estación de lluvias.

Podía pasar horas viendo correr las pequeñas gotas resbalando por los hules, hasta convertirse en delgados hilos traslucidos que descendían hacia el lodo, mientras formaban enormes filas de diminutas cascadas entre cada puesto.

La lluvia me permitía estar un momento más en el puesto, un momento más con mis padres, sin el incesante alboroto de la gente, que era cambiado amablemente por la armonía de las gotas chocando contra el plástico.

Cuando esta cesaba y se convertía en brisa, buscaba con mi amigo, los tesoros plásticos que eran arrastrados corriente abajo, nunca supimos de donde venían, pero eran razón suficiente para meter nuestras manos en el pequeño caudal de tierra humedecida y basura.

Botas impermeables, adornadas con una cinta amarilla, decorada con dibujos de caballos, que alternaban entre rojo y azul, podía usarlas hasta que mis pies no resistieran a causa de las úlceras, eran mi fortaleza, podía pasar por donde ningún otro niño podía salir sin un resfriado o sin el regaño de una madre furiosa.

El tiempo se alentaba, como si la atmósfera causara este efecto, me permitía visualizar e imaginar.

Cuando el mercado se inundaba, el agua subía solo unos 20 centímetros, lo que para mi era estar como en una pequeña Venecia, con monstruos marinos hechos de los rabos y raíces de las cebollas, con desfiladeros hechos de papas, con puentes hechos de cajas y tarimas de madera, era perfecta.

El frío me dejaba utilizar mi ropa favorita, que para entonces mi idea de la moda, era entre más prendas mejor.

Al final de la lluvia mi pequeño cuerpo experimentaba gran nostalgia, como si un interesante amigo se marchara alargando su despedida.

Tal vez ahora sepa que aquellos tesoros eran el desperdicio de una tienda de joyas de fantasía, tal vez ya no use botas impermeables, tal vez ya no pase tanto tiempo con mis padres, pero el recuerdo que me trae la lluvia aun lo llevo conmigo. Solo me queda agradecerte, que compartas el gusto de esas pocas cosas especiales que han perdurado durante todos estos años.

sábado, noviembre 14, 2009

Capitulo 18: La bendición de poros.

Ha pasado un tiempo desde tu partida, mi espíritu se va degradando, te e buscado sin descanso, te he extrañado sin mesura, e exhumando tumbas y destrozado vidas, trate de hallarte en otros cuerpos, pero solo existías en sueños. E llegado a pensar que no exististe pero el pasado te vuelve real.

Llegaron estaciones y otras tantas se han ido, los excesos y un buen libro son el centro de mi existencia, labios de paso y tabaco son una adicción que trato de borrar. Soy una persona demasiado inquieta como para aguardar al futuro, mi vida se centra en el instante y vivo antes de ser atrapado por la monotonía. Lo más despreciado en mi vida aparte de llorar, es lo estático y simple, prefiero soñar una hora más cada día que vivir un día gris, no le temo a la realidad, solo la odio, el alcohol me ínsita al hedonismo, el tabaco a la relajación, las drogas a la invención y los episodios psicóticos aunados a días sin dormir a…, dejemoslo en que es difícil sentirse solo.

Vivir una vida normal no es lo más apasionante en la tierra, aunque por lo menos lo debería de intentar, necesito pisar la realidad una vez más, no recuerdo el significado de sobriedad, necesito recordar la belleza, pero dónde, ella es única.

Todo inicio en una de mis acostumbradas caminatas por aquella conocida plaza de mi ciudad natal, mientras divagaba sobre el por que de los destinos humanos usando las hojas de los árboles al caer como proverbio, mi mirada fue atraída por uno de los eventos culturales, que desde hace algún tiempo comenzaban a hacer auge en mi ciudad y sin tener nada más para las siguientes horas y en especial para mi vida, me dirigí hacia él. Era una obra teatral, pésima en realidad, no soy la mejor persona para juzgar el teatro amateur, pero hasta un mono con problemas de drogadicción y adicto al softh hentai podría decirlo, entre las nauseas y el aburrimiento, algo rompió mi indiferencia: una mujer con un cuerpo voluptuoso, delgada y hermosa entro a escena.

Mi mirada quedo fija en aquellos grandes ojos color miel, su pelo negro y rizado comenzó a danzar entre el viento y cuando llego la hora de su línea, todo esto fue quebrado por una fuerte presencia, su voz era imponente pero satisfactoria, sabia que la tenia que conocer, no soy de aquellos que creen en el destino, pero parece que siempre la suerte me favorece, al desearlo intensamente. Aun aprecio la belleza donde la encuentro, me permitiré seguir viviendo.

Pasaron algunos días y había llegado el día de continuar mis estudios, así que me dirigí a la capital del estado a vivir con unos familiares, mientras iba en carretera, mi mirada se perdía en las nubes que iban más abajo de lo normal, me perdía imaginado caminar entre esas interminables praderas, hasta llegar a los cerros cubiertos de una mezcla de purpura y aquamarina, cuando por fin llegue, inmediatamente sentí el molesto ajetreo de la ciudad, su estridencia llegaba hasta la punta de mis uñas, me apresure a llegar a la casa donde me instalaría.

Pasaron los días, solo con el estudio y una que otra reunión de alcohólicos, sin saber que todo cambiara abruptamente de nuevo.

Un día mientras paseaba por el parque, mi respiración se detuvo al divisar una silueta fantasmagórica, era ella, que demonios hacia aquí, pensé que había muerto, pero para mi mala o grandiosa suerte parecía que no, apresure el paso para alcanzarla hasta que estos se volvieron en una carrera contra el tiempo, al ver que subía al autobús, acelere cuanto pude, a solo unos metros y a un paso de que ella subiera, el poco aliento que tenia alcanzo para soltar un escandaloso: ¡espera!, al tiempo de esto todas las miradas inmediatamente voltearon hacia mi, su actitud natural, hizo que ella volteara casi imperceptible, dio algunos pasos hacia mi y en un tierno abrazo, apenas se escucho un lo siento, mi mente dejo de fluir, todo se resquebrajo, mis rodillas no resistieron y como lo haría cualquier trozo de carne me desplome en el suelo.

Mientras mis ojos se abrían con evidente carencia de sincronía, entre los difusos colores que pasaban a través de mis ojos tu figura se fue formando, con lágrimas que recorrían tu rostro y una sonrisa por mi exagerada estupidez. Me incorpore varios segundos después, tomaste mi rostro y me besaste como si fuera la ultima vez que lo harías, pero para mi suerte, al terminar ese beso seguías ahí, con una mirada llena de arrepentimiento y felicidad.

Por fin regresaste a mi lado.

jueves, noviembre 12, 2009

Capitulo 17. La suerte del incidental.

Siempre opto por escribir lo mejor de mi vida, así al leerlo de nuevo tal vez no recuerde que fui un estúpido, es curioso rechazarlo usando el ego e ir en la búsqueda de uno mejor, se puede crecer de esa manera, pero simplemente no aprenderemos de nuestros errores, solo viviremos en el miedo, miedo en nuestra postura ante él.

Después de nuestro fugaz noviazgo de tres días, no entendía el por que no me sentía destrozado, tal vez el panorama que interfirió en todo esto lo explique mejor.

Era la época de las boys band, del tamagochi, tasos, bueno eso al menos, movía la vida de los de mi alrededor. Los niños comenzaban a tratar de obtener mujeres, dejar los juguetes, descubrir la bebida y sobre todo entender el idioma femenino, las niñas parecían igual, parece que solo esperaban a los niños que iban tras de ellas, como suele pasar con las bestias antes de la época de celo.

Yo siempre viví apartado, tal vez lo quería tal vez no, pero el hecho era, que no encajaba en ese mundo, al no contar con medios de información inmediatos para seguir el orden natural de los niños, trate de hallar las respuestas por mi mismo.

Ya eran costumbre los pleitos en el salón, y era una sorpresa de que no fueran creados por mí, todo esto era parecido a las batallas territoriales, y como siempre el premio era la niña de los pechos grandes, podía ganar con facilidad (me refiero a las peleas), pero me hacían falta algunos requisitos( me refiero a competir en esto).

Cambie esos requisitos por algo arriesgado, romanticismo; mientras veía una película de Pedro Infante y Jorge Negrete con mi abuelo, comprendí de que valía más el empeño y la sagacidad de un amante, el cual podía ser yo, que por el contrario todos sus demás pretendientes, se amoldaban perfectamente al villano altanero y presumido.

Mientras conjugaba los infantiles versos, en mi libreta de español, el salón se iba dividiendo de poco a poco, había muchas peleas, mucho llanto y miradas de odio.
Tan divido estuvo el salón, que sin darme cuenta yo pertenecía ya un grupo, aunque de todas maneras no me importaba, seguía en mi objetivo.

Ella perdió a la mayoría de sus pretendientes, cuando ellos dejaron las riñas e hicieron las pases y la tomaron como objeto neutral, el clásico “no hay que hacer eso por una vieja”, aun no sabia que tan inestable era todo el asunto, pero no me importo y camine de frente.

Cuando estuve de frente ante ella, todos me miraron extrañados, no se imaginaban el tipo de sorpresa que daría. Entregue dos paginas en sus manos y le dije respóndeme a la salida, supongo que muchas de sus amigas le aconsejaron que no lo hiciera, pero nunca hubieran pensado que podía componer versos tan estimulantes.

Llego la hora de la salida, se acerco hacia mi y caminamos hasta la esquina para vernos al día siguiente, las cosas entre mis compañeros explotaron de nuevo ante mis acciones, los rumores corrieron entre todos, y al parecer uno de los embajadores olvido el tratado de neutralidad, ella lo quería y él a ella, parece que explote algo que había permanecido olvidado.

Gentilmente un día me pidió desleír nuestro noviazgo y acepte de una manera u otra.

En mi camino descubrí que no todo había sido una perdida de tiempo, ahora sabía lo que tenia que hacer y había encontrado a mi más grande amor, la poesía.

Las cosas horrendas y bellas son idénticas, solo hay que acercarse al lugar adecuado.

lunes, noviembre 09, 2009

Capitulo 16. El delirio de Oengus.

Comencé a escribir de nuevo, elaboraba cartas y poemas en tu nombre, donde hablaba de lo mucho que te odiaba por ser el único vestigio hermoso de este mundo, hacia reclamos y peticiones preguntando el por que no le otorgabas de nuevo a la realidad su brillo y vivacidad.

Algunos de estos escritos terminaron a medias o en el cesto de basura, los pocos que luchan por un lugar en mi recuerdo, son aquellos que sin importar que el mundo me llamara, los termine antes de que yo mismo lo supiera.

Recuerdo uno de mis primeros poemas, tenia el alma de un niño en su ortografía y el espíritu de un aventurero en sus rimas, era un poema de amor, iba dedicado a una persona que chocaba contra lo antes conocido por mi.

Era rubia, guapa, de estatura media, de pelo largo que después paso a corto, ojos claros como la madera a través de la resina, tez blanca, casi igualando mi color cuando no salia de mi habitación por más de un mes, pero el objeto de deseo de todos y no solo mio, eran dos enormes pechos, de esos que solo se ven en secundaria, pero demonios lo teníamos a nuestro alcance en una forma inacabada.

Freud estaría complacido al ver este precoz ajetreo, liliputienses disputando una batalla, por algo que su madre les había enseñado a necesitar, no entiendo por que los deseábamos y aseguro que muchos no hubieran hecho nada de haber tenido al menos uno en sus manos.

Diría que mi atracción hacia ella no era tan diferente como la de los demás, esos grandes pechos me atraían, como si cada uno tuviera su propio polo magnético. El único plus que poseía, era que a pesar de que era movido por lo mismo, mi objetivo era tener su extrañeza, el poder saciar mi repentina curiosidad, el poder descifrar aquella fuerza inexplicable que ejercía sobre mi.

Le obsequie un retrato suyo, que para esta edad era lo suficientemente bueno, le cedía mi lugar en la fila, aprovechaba cualquier oportunidad para acercarme a ella, pero nada funcionaba.

Era la primera vez en años que trataba de conquistar un corazón, pero todo esto se veía tan nuevo y confuso, apenas y podía convivir con otras personas, como iba a lograr que ella volteara a verme, no era una opción ser popular, esos puestos estaban ocupados, no era de una familia adinerada para cumplir sus caprichos. Tenia que trabajar con lo que tenia, sabia que era apuesto (o por lo menos no era feo), sabia que tenia buena memoria e ideas poco comunes.

La cuestión me atormento por días, como podía fusionar todas estas aptitudes para lograr su atención. pero al obtener la respuesta más obvia, del lugar más obvio, supe lo que tenia que hacer.

De pronto escribía poemas donde elogiaba sus aptitudes y le inventaba algunas otras, para ganar algunos puntos, ponía gran empeño en cada escrito que realizaba, lo hacia en secreto.

Algunos llegaron a sus manos y después de unos días acepto por fin ser mi novia. Le regale un collar de plata al día siguiente, nunca había gastado tanto dinero en mi vida, y mucho menos haberlo juntado con un objetivo, pero valía la pena, tenia una emoción inigualable en mi vida, nunca había sentido tal cosa, sin embargo algo faltaba.

Tres días después, cortamos el noviazgo y como si nada seguimos nuestras vidas, o al menos ella. No sabia la razón, pero después de su adiós, de alguna forma sentía la misma emoción que cuando tomaba su mano, solo que enfocada en diferente manera, la ultima vez que la vi, me despedí como un soldado raso de un general (literalmente).

Supongo que todo es muerte de alguna manera, pero hasta esta puede poseer belleza en su nostalgia.

domingo, noviembre 08, 2009

Break

Por ahí me han comenzado a llegar algunas preguntas, por ejemplo, ¿como va la historia de tu vida?, ¿hace cuanto que eres un misógino?, ¿por que escribes tanta mierda?

La respuesta es, no es mi vida, se parece, pero del algún lado la tenia que sacar, no soy un misógino prefiero el termino poeta sin musa, y escribo demasiado por que tengo demasiado tiempo libre, eso de perder un año en la universidad te da mucho tiempo libre.

Y por lo demás gracias por leer, en especial a las lectoras femeninas y sobre las partes que siguen, las estoy recuperando que tuve algunos problemas con mi maquina, sorry por las faltas de ortografía pero soy una persona sin nada que hacer y además nunca fui bueno en español, jaja.

jueves, octubre 29, 2009

Capitulo 15. School of cock.

Parece que los recuerdos e historias de amor siempre mantienen la emoción a la lectura y la platica, a las personas no las entretiene el vivieron felices por un corto periodo de tiempo, quieren historias de muerte, traición, decepción, celos e ideales sobrehumanos; en lo particular a mi ninguna de estas palabras me suena parecido al amor, a este siempre se le toma como el final de la historia, a nadie le interesa la vida misma.

A esa edad no comprendía demasiado estas palabras, buscaba emoción y satisfacción, por que para mi era el ingrediente principal de las historias románticas, buscaba hacer de mi vida una novela, pero no podía aprender solo leyendo, tenía que experimentar la vida misma, para entregarle todo aquello que yo apetecía. Lamentablemente lo único que había aprendido fue a amarla en demasía, las personas que intente al menos querer eran solo una pieza, un objeto que en ocasiones podía pertenecer a la colección de mis recuerdos.

Llevas 8 meses de viaje, de ser así en vez de un hasta pronto, hubiera recitado una despedida digna de ser recordada. No e tenido noticias tuyas, prefiero no pensar en ello y concentrarme en tratar de olvidarte un tiempo, para seguir aprendiendo y otorgarte el regalo que en realidad mereces.

Las salidas a los bares de esta extraña cuidad acaban por lo general en sexo casual, los cafés a mediodía en toqueteos y besos amateurs, las comidas y catas en extrañas recopilaciones para un libro llamado “platillos, aroma y Kamasutra para novatos”, los clubs me hacen sentir como un perro ovejero que danza entre las multitudes para no perder su rebaño, olvido mi cortesía en las fiestas de mi amistades, es gracioso saber su nombre mientras te bajan los pantalones.

Así todo siguió sin grandes títulos, sin ocasiones especiales, sin una vida que vivir, pensaba demasiado en ella. Pensé en emular a mis amigos, bajar la importancia del género femenino, a la mayoría de los hombres les funciona y a muchas mujeres no les importa o simplemente a eso están acostumbradas.

Lo único que logre fue saber que mujeres estupidas buscan hombres estupidos, este no era mi lugar, ni mi mundo.

Tome un espejismo tuyo, de facciones semejantes y actitud comparable. Me dedique a construir un monumento en tu memoria, usando su cuerpo y mente como material. Nada bueno obtuve de esto, era demasiado fácil, carecía de reto alguno, podía saber en el final los pasos que daría, las oraciones con las que componía sus extravagancias, el tiempo que tardaría su orgasmo, los minutos que tardaría en llamarme.

A causa de esto solo logre invocar tu recuerdo, tu dificultad, tu reto, el hecho de que tratara de explorar tu núcleo y solo llevarme una sorpresa tras otra.

Me prometí nunca volver a jugar a ser un demiurgo, a dejar las mentes y corazones femeninos como permanecieron antes de mi llegada, no era capaz de soportar en mi memoria un acto parecido. Supuse que podía solo aprender sin ningún remordimiento, pero soy demasiado humano.

Ahora veo que las historias entre géneros tienen semejanza aunque todos los bandos traten de maldecir con la igualdad a los miembros de cada género, la realidad es otra, todos son demasiado diversos, eres única.

Lamento el destrozar sus almas, nunca tomare sus partes y las fundiré en un nuevo ser.

miércoles, octubre 28, 2009

Capitulo 14. Sala de espera.

Intente de todo para aminorar el dolor, ni siquiera todos los medicamentos en dosis ridículas calmaron el sufrimiento. Quería morir, pero no lo valía, simplemente no valía la pena.

Ese día, deje todas mis obligaciones aparte y tome el miércoles como un fin de semana, me levante temprano, hice mi desayuno, un poco mareado aun por la exagerada ingesta de medicamentos, salí a la calle, acompañado de un cigarro apoyado en una temblorosa mano.

Llegue al ciber, y como siempre Moore ahí estaba cuidando el negocio, le pedi mi maquina acostumbrada y solo me dedique a jugar hasta el anochecer.

Cuando dieron las nueve de la noche, acelere mi juego para tener todo en orden antes que cerraran, y al voltear hacia la puerta un extraña imagen se fue creando. Eran la mayoría de mis amigos y otros compañeros.

_Cabrón, pensábamos que estabas muerto – dijo Velfo-.

_Si buey, las viejas estaban pregunte y pregunte, que pedo – respondió Hidroso-.

_Pues no, aquí ando, digamos que me di unas pequeñas vacaciones.

Si hubiera muerto ese día, más que traer tristeza a las personas solo habría sido una noticia que les daría de que platicar durante algún tiempo.

_Buey, tu vieja estaba bien preocupada, te estaba buscando y pues me dio esto – aclaro el rocinante-.

Recibí la carta y sin más, todos nos marchamos por nuestro rumbo. La carta me pedía disculpas y la importancia que tenia para ella, estaba decorada con un clavel seco, pero sin embargo no recuerdo nada más, ya que sin pensarlo después de leerla la arroje para nunca volverla a encontrar.

Al día siguiente comencé a preguntarle a sus amigas lo que había pasado, ninguna sabia muy bien acerca de lo ocurrido, algunas simplemente decía que mi actitud era exagerada con el asunto y otras decían que inclusive había llegado sin brasier, estaba todo demasiado confuso.

La veía pasar de repente con la vergüenza y el miedo como compañeros, sus amigas la habían hecho a un lado cuando empezaron a encajar las piezas de los hechos. Justo cuando estábamos por salir, camine lleno de furia hacia ella, y como una madre histérica comencé a gritarle enfrente de todos, sus ojos no me podían mentir, ella sabia que había hecho algo imperdonable, pero no lo diría así de fácil.

Mantuvimos la conversación por horas, mientras las culpas se pasaban de un lado a otro, mientras me dabas las razones para perdonarte.

Me forcé a comenzar a olvidar el pasado, mis planes, mis fallos, tus engaños, quise darte la oportunidad, estreche tus manos, mientras confesabas pecados que casi me hacían vomitar y extirparme los oídos, suprimí todo aquello, me convencí de un nuevo comienzo, de una nueva vida, de otra ciudad, de otra oportunidad.

Pero como suele pasar, no soporte las imágenes que habías compartido conmigo para tu redención, no podía perdonarte, comencé a ser mas humano en cuanto la asimilación de nuestras vivencias y algunos felices días que habían pasado. Asesine todos nuestros recuerdos, toda nuestra historia fue siendo olvidada, al final me quede a tu lado, pero ya habías muerto en el proceso.

Nuestra nueva historia comenzó bien, se intensifico al día siguiente, pero no fue mas que 500 relaciones sexuales durante dos meses, sin pasar palabra, sin compartir nada, ya que el miedo nos vigilaba y solo la pasión nos drogaba, tenia que hacer algo, tenia que pasar algo, tenia que suplicar a los dioses del azar.

Y dándome una mano del destino, llegaron unas fechas en las que solíamos estar de viaje sin embargo estas se alargaron más de lo esperado.

Comencé a pensar en por que nos habíamos amado, y supe que tenia que recuperarlo.

Me prometí volver a buscarte, con un espíritu más tranquilo y hambriento de amor. Con ideas claras, una personalidad constante, con algo que te haría de nuevo feliz y me daría la sensación de haber yacido junto afrodita.

Nos despedimos de nuevo, solo espero que el destino me recompense, él así lo habría querido.

martes, octubre 27, 2009

Capitulo 13. Debilidad.

No recuerdo hace cuantos días nuestra unión se disolvió y formo de nuevo, tal vez fue uno tal vez fueron tres, pero en ese tiempo no encontré razones suficientes para explicar tus acciones.

Ese día llegue una hora tarde a la escuela, y sin mas me dirigí a mi salón, todo parecía la inmutable imagen escolar. Entre clases me dirigí al tuyo para pasar a saludar, mire por la puerta y tu asiento estaba vacío, sentí una extraña sensación por mi cuerpo, pregunte que si habías ido a clase, y con miedo todos respondían que no.

Algo extraño pasaba, la gente solo le temía a mis estados de ánimo, mire de vuelta hacia su asiento y me percate que el asiento del cerdo estaba vacío. Mi cara cambio de color, mis ojos se encolerizaron, estaba al borde de tener un episodio de berserkirgangr, comencé a caminar de un lado a otro como un lobo frente a otro.

Mi mente estaba nublada, no podía escuchar a nadie, y sin darme cuenta un amigo hizo su aparición.

_ ¿Que te pasa?, si no me equivoco la causante de esto es ella no, ¿ahora que hizo?

_No lo se.

_Entonces por que estas así, qué pasó.

_Ella no vino a clase.

_Y estas así solo por eso, no sabes lo que a pasado, yo que tu iría a visitarla para despejar mis dudas y si falto por enfermedad tal vez se vea como un buen gesto.

_Sabes tienes razón, voy a su casa.

Y sin nada más en mente, fui en su búsqueda, mientras el transporte se dirigía a su casa, mi espíritu intranquilo afecto mi cuerpo y mente, pensaba en todo los escenarios posibles, pensaba en los peores que mi imaginación podía soportar. Y en un arranque ingenuo mis manos adoptaron la posición de un tradicional rezo cristiano e implore por que estuviera en su casa enferma y que al salirme mirara confundida por su enfermedad, cuando me di cuenta de mis acciones, separe mis manos horrorizado ante la escena que proyectaba.

Conté mis pasos desde el transporte hasta la entrada de su casa, toque con una obligada calma mientras mi fuerza se iba con la desesperación del momento. Una figura familiar abrió la puerta, era su madre.

_Disculpe señora, se encuentra ella en casa.

_No, ella esta en la escuela – dijo muy sorprendida-.

Regrese a mi ciudad, bombardeado de las más violentas sensaciones asaltando mis sentidos, llegue al ciber donde acostumbraba reunirme con Velfo.

Después de unos agonizantes minutos el llego, en sus palabras me mostró la repulsión de lo que había pasado mientras no estaba.

_Sabes, como dos horas después de que te fuiste, ella llego ebria buscándote.

_ ¿Y llego sola?

_Si, pero unos minutos después llego el cerdo.

_Eso me temía.

_Pero sabes, me contaron lo que paso, parece que ella tuvo una platica con el en secreto, algo acerca de un invitación y que no quería consecuencias después de eso.

Mientras me platicaba las escenas, mi imaginación me había llevado a desgarrar su carne con mis uñas, descuartizar al cerdo y lanzarlo al lodo para que lo devoraran sus hermanos y yo con un bisturí sacando mis entrañas de poco a poco.

_A la chingada, todo se puede ir al carajo, esperemos que mañana los vea.

_Esta bien, si sobrevives ahí te esperaremos.

Y con pasos intranquilos me dirigí a mi casa.

sábado, octubre 24, 2009

Capitulo 12. Redundancia.

Hice de todo para que me odiaras, sin embargo el resultado fue otro, tú hiciste lo mismo, tomábamos caminos separados con el mismo fin, tratando de hacer sufrir el uno al otro, para mantenerlo lejos.

Mi comportamiento era voluble y enérgico, buscaba cada oportunidad para hacerte probar la amargura, buscaba ponerme a la altura de tus locuras, hallaba nuevas maneras de lastimarte haciéndome daño, pero siempre obtenías ventaja, era un juego enfermo una competencia de sadomasoquismo.

La vida había dejado de importarme, estaba centrado en mi meta, convencía constantemente a mis amigos a los excesos; introducía en mi cuerpo cualquier químico que me alejara de tu recuerdo, buscaba mujeres entupidas para descargar mi ira en sus cuerpos.

En algunas borracheras hacia mención de tu nombre, contaba entupidas mentiras sobre tus malévolas acciones, buscaba que te insultaran para sentirme bien con esto, buscaba el apoyo y compañerismo de mis amigos al ofender nuestra vida juntos. Trate de convencer al mundo, para que me convenciera en un final de que lo que ocurría era lo mejor para mi.

Había llegado a mi limite, mi cuerpo y mente no soportaban un minuto mas, los castigos ya no eran suficientes, solo me quedaban pocas opciones. Un día de esos, te vi pasear jugueteando con tus amigos, yo estaba en el piso, derrumbado, sin fuerzas te odiaba, no comprendía como podías permanecer tan sonriente, tan llena de belleza, compartiendola con esos bastardos, dejando que unos mediocres que te recuerden tu lado más estupido te absorban.

Mientras estaba cegado por estos pensamientos, regrese a la realidad para encontrarte parada frente a mi, con una actitud de pena y vergüenza, un cambio tan radical de aquella escena a esta, así comprendí que se avecinaban los problemas.

Me pediste disculpas, por todas tus estupideces agregando lo mucho que hacia falta en tu vida, estaba estupefacto, me resistí todo lo que pude, no podía caer, no podía volver a hacerte infeliz. Tu efecto era irresistible, el odio se iba con el viento mientras las palabras salían de tu boca. Recordé que te amaba.

Todo el sufrimiento resulto al final una carrera estupida y falta de sentido, todo de manera extraña regreso, o tal vez me equivoco.

viernes, octubre 23, 2009

Capitulo 11. El reflejo de una despedida.

Te cite en una banca de aquella plaza, la tristeza que me causaba perderte, parecía en peligro debido a mi ego, no podía fingir que sucedía otra cosa, tenia que echarte en cara tu engaño, teníamos que salir con furia y llanto de esa cita, teníamos que terminar el poco apego que nos quedaba.

Llegaste unos 30 minutos tarde, llevaba mas de una hora separando, me levante y tome tu mano y comenzamos a caminar sin rumbo. La sensación de una despedida inminente me hacía resguardar cada momento antes de asesinar nuestra unión, pero temerosamente comencé.

_Estos días han sido muy raros – mi voz apenas se escucho-.

_Si, han pasado demasiadas cosas.

_Es verdad, nuestras miradas han cambiado mucho, al igual que nuestra relación.

_ ¿A qué te refieres?

_Pues, no se que sentimos el uno por el otro.

_Yo si lo se, yo te amo.

_Eso no dice mucho hoy en día sabes.

_ ¿Entonces que es lo que quieres de mí?

_Dime que soy para ti – era el momento-.

_Una persona muy importante en mi vida.

_Solo eso, Mmmm, ya veo.

_ ¿Solo eso?, que mas quieres de mi.

Nos detuvimos en una esquina cualquiera, estreche tus manos y con una mezcla de odio y tristeza te mire a los ojos y dije: “Para mi fuiste mi mundo, la mas extraña mezcla de emociones, no acabo de comprender la infinidad de mis sentimientos, pero no creo que sea amor, por que este se basa en algo reciproco y si no somos lo mismo él uno para el otro, no tenemos nada”.

Tu cara inmediatamente transmito tu desprecio hacia mi, parecías confundida, no por lo raro y largo de las palabras, sino por que habías comprendido que te convertirías en el Némesis y yo en el mártir.

_Sabes, que odio que hagas eso – respondió de manera ofensiva.

_Hacer qué, dejarte en ridículo solo por demostrar mis sentimientos, por hablar, por saber que es lo que quiero de ti.

_No, sabes bien lo que haces y crees saber lo que sientes, pero nunca tomas en cuenta a los demás, te encierras en tus ideas y no te importa destruir a los demás.

_Puede que hable demasiado, pero así soy yo.

_Sabes en un principio me agradabas, luego te quise y al final termine amándote, es tan difícil entender eso, es tan difícil tener a alguien que te ama, es tan difícil tener a alguien a tu lado.

_Si estuvieras a mi lado, no hubieras huido a los brazos de aquel cerdo, no hubieras huido de mi cuando mi mundo se desmoronaba.

Solo mantuviste bajo tu hermoso rostro, sabias que nada de esto era real, pero comprendías lo que quería hacer, y sin un adiós te marchaste. Nunca supe si en realidad me habías engañado, pero en el final, tu cuerpo rendido con un corazón dudoso cayó en sus manos.

miércoles, octubre 21, 2009

Capitulo 10.2. Arrojo y flaquezas.

Solo el alcohol y grandes dosis de marihuana despejaban mi mente y llamaban mi sueño, coktails de cafeína, medicamentos controlados y altas dosis de azúcar, me mantenían vivo a la mañana siguiente. Estaba arto de pensar, de soñar, de imaginar, de seguir adelante, estaba arto de la vida, lo único que deseaba era un segundo donde mi imaginación no me contara los escenarios posibles, donde pudiera descansar, tenia miedo de hacerlo, tenia miedo de vivir.

Mientras sus ronquidos hacían eco por toda la habitación, una leve voz rompió la constancia de sus eufonías.

_Abuelito, me anda del uno y a Erick también.

_Pues hagan afuera del cuarto.

_Pero esta oscuro, tengo miedo.

_Pues prende el foco de afuera.

_ ¿Pero y si nos atacan los perros o los bandidos? – Alguien había escuchado de más historias de vaqueros-.

_Pues les das con esto – dijo mientras tomaba un revólver de su escritorio-.

Tome la pesada arma entre mis manos, y como lo haría cualquier cowboy en medio de un peligroso desierto, cuide la espalda de mi compañero. Cuando entramos al cuarto, le devolví su arma, pero mis ojos seguían clavados en la escopeta de la mesa.

Tenia la mirada fija en el suelo mientras esperaba el transporte, cuando por fin llego me subí y baje en la escuela de manera casi mecánica, los cuerpos de mis compañeros rondaban alrededor mío, con un rostro lleno de duda de si debían preguntar el que había pasado o solo seguir a mi lado hasta que todo pasara.

El receso llego como si el tiempo se hubiera ausentado ese día, Salí a duras penas del salón, solo para toparme con sus ojos en frente mío. Entramos de manera obligada a la seguridad y confidencia del salón. Ella tomo mi mano unos instantes, mientras esperaba que la forma en que me miraba hiciera algún beneficio.

_ ¿Como te sientes? – dijo con una ternura que llevaba tiempo ausente -.

_Pues como me veo – respondí como una fiera cuidando su presa-.

_Te busque ese día, pero nunca te apareciste, pregunte donde seria, pero nadie tenia idea.

_Pensé que no querías ir.

Y un momento antes de que la discusión se hiciera presente, solo apretó mis manos y me beso, no podía hacer nada más, ella sabia que no le permitiría hablar.

Acosaba a mi abuelo día y noche, la idea de tener esa arma entre mis manos era el centro de mi curiosidad, con ella olvidaría el miedo, así que decidió ponerme a prueba. Entramos en una grande habitación, la cargo y la preparo para tirar, la puso entre mis manos y él me sostuvo.

_Bueno, ves esa mancha en la pared.

_Si

_Agarrala firmemente y apunta.

_Ya

_Ahora presiona bien el gatillo.

Y con un sonido atronador, la mancha desapareció, mi cuerpo retrocedió varios centímetros por la fuerza del arma, pero el estaba ahí atrás sosteniéndola y deteniendo mi cuerpo. Nunca más pedí volver a tener esa cosa entre mis manos.

Al salir de la escuela, caminábamos por las vías del tren que estaban al lado, no hablábamos demasiado, solo nos enfocamos a hacer lo más agradable y silencioso el momento, cualquier palabra mal dicha, cualquier tropiezo haría destruiría todo a su paso. Y de repente el sonido de tu teléfono, empezó la cuenta regresiva.

Era su amante, parecía extrañarte, mi furia era apagada por la impotencia y el dolor. Sabia que había retrasado demasiado mi plan, sabia que ella aun me acompañaba por que le causaba pena, me miraba como a un mendigo moribundo. No podía dejar las cosas así, era mejor que me temiera o me olvidara. Esto no lo podría soportar mucho más tiempo, tenía que dejar el miedo de lado y hacer una gran apuesta, donde solo el dolor podría separar nuestros caminos.

lunes, octubre 19, 2009

Capitulo 10.1 : Acciones y anhelos.

El sol se vuelve una red a través de las hojas, las copas de los árboles están dos metros por encima de mi, los aguacates que caen de estas son mas grandes que mis manos, las hojas en la tierra desparecen mis zapatos, me estiro un poco y arranco una fruta de un color mezclado entre rojo y verde, la guardo en mi bolsillo, una voz me llama, corro hacia ella dando pequeños saltos, el sol junta mis parpados, momento después una enorme sombra frente mío recupera mi visión, tomo su mano y caminamos hacia la cerca por el sendero de tierra.

No dejo de culparme por alejarme de él, en sus últimos días, tal vez deje de verlo por que no soportaba su imagen, me encerraba en la nostalgia de su antigua presencia, tal vez deje de verlo, por que estaba ocupado siendo un idiota con ella, tal vez deje de verlo, por que prefería estar ebrio la mayoría del tiempo, tal vez deje de verlo por que sentía vergüenza de que me viera en mi estado.

Nos subimos a la camioneta, me subo en la parte trasera, me gusta que el viento golpee mi rostro al alcanzar velocidad, me gusta estirar las manos para tomar las ramas que se acercaron de mas al camino de grava y tierra, me gusta agacharme y meter la cabeza por la ventanilla trasera de la camioneta, el estar afuera y adentro al mismo tiempo es una de mis adicciones, me gusta sentirme libre ahí atrás, me tiro en el metálico suelo del que estoy proveído, y saco la extraña fruta, la analizo detenidamente, estoy muy centrado en ella para pensar en mi seguridad, sin embargo soy valiente, se que el me esta observando, me esta custodiando a su manera.

Tengo solo recuerdos desagradables de las pocas veces que lo visite, entre ellas una me apena en sobremanera. Era un día extraño, el sol brillaba como en los días felices, solo se dedico a intensificar los colores a mí alrededor, el clima era fresco. Entre a su habitación, me miro un segundo pero sabia que no me reconocía, solo mi tío me saludo, el había pasado toda la noche a su lado, me acerque a él, y le pregunte que si quería ver la película “rise of hannibal”, y asentó.

Mientras observábamos la película su sonda se desbordo, su espalda estaba empapada, mi tío me pidió que lo ayudara a levantarlo, dude por un momento, sabia que el no tenia fuerza para incorporarse y tendría que usar todo el brazo, yo estaba en el lugar equivocado de la cama, mis brazo estaba decorado con un gran numero de llagas, que la anoche anterior había hecho con cuidado, para que no fueran mortales, sintiera el placer del dolor y alteraran a los espectadores en especial a ella.

Lo levantamos, el ardor en mi brazo era extraño, pero nada más que eso. Cambiamos las sabanas, lo recostamos y corremos otra vez la película, el voltea hacia mi.

_ ¿Hijo?, ¿Cómo estas? – Me dice, mientras sus ojos no dejan de mandarme su confusión-.
_Bien abuelo, ¿como te sientes?

_Pues como siempre, me siento bien, ya me quiero ir a la chingada de este puto hospital, quiero unos chicharrones con salsa verde y unos frijoles.

_El doctor te dijo que no puedes ni siquiera pararte.

_Los doctores son una bola de pendejos, al igual que tu cabron.

_Pues como sea, ahora te chingas – tenia que tomar el control de alguna manera-, por que nadie más que ese pendejo te sacara de aquí.

_Pues me vale madre, yo no se que tanto me chingan, solo quiero morirme y ya, todos estos hijos de la chingada nada mas vienen a verme como si fuera la puta feria.

Llegamos a la hacienda, baje de un brinco de la camioneta, mis rodillas sienten la presión pero no me importa y corro hacia el portón. Abre su cuarto, y comienzo a curiosear en la infinidad de artículos que ahí se encuentran, no dejo de ver su escopeta, la trato de agarrar y de un grito me dice que no la toque, le obedezco y nos dirigimos hacia el comedor.

Están algunos de sus hermanos, y la platica obligada en la mesa comienza, yo empiezo a hablar de los últimos adelantos científicos, y el hace alarde de mi sobrenombre “el científico loco”, los demás se ríen, pero se que de alguna manera el me esta ayudando a sorprenderlos.

Salgo del hospital, para fumar un cigarrillo, trato de tranquilizarme y solo quiero ver a mis amigos para subir a esa camioneta y embriagarme como si no hubiera un mañana.

Vamos por el pasillo hacia su cuarto y saco la fruta para esperar sorprenderlo con mi descubrimiento, el la toma entre sus alargados dedos y mientras la observa su cara revela disgusto.

_ ¿Por que la arrancaste?

_No, estaba tirada – miento, se que algo va mal-.

_Los aguacates no valen nada así, tienen que estar grandes, tenemos que esperar hasta que el árbol los termine de alimentar, solo así podemos esperar a que maduren.

Solo mantuve la cabeza baja, me dolió decepcionarme y no tener su aprobación.

_Pues ya ni modo, pero ya sabes que no las tienes que volver a arrancar, bueno vamos a afuera.

Salimos a la calle, mientras caminábamos todas las personas del rancho lo saludaban con emoción, si el se les acercaba todos lo miraban con respeto e interés, mientras íbamos de persona en persona, de anécdota en anécdota, la noche se fue acercando.

_Vamos a dormir, mañana hay que levantarnos temprano y luego no te vas a despertar.

_Aunque no duerma voy a despertarme, soy más confiable que el pinché gallo que tienes afuera del cuarto abuelito.

_El gallo no solo dice la hora, si no también el clima y los días buenos o malos, ¿crees que le puedas ganar en eso?

_Si – respondí sin pensarlo-.

Y mientras íbamos a dormir no tenia idea de que ya tenia una meta, tenia que trabajar duro para no decepcionarlo otra vez.

sábado, octubre 17, 2009

Capitulo 9. Nuestro padre.

Su renuente empeño a alejarse cada vez mas de mi, la llevo a probar otros aires a probar algo mas que un poeta, psicólogo, o correctamente llamado amante con complejo de padre.

Solia desaparecer de vez en cuando, a obtener su espacio, comenze a apreciar cada momento juntos y comenze a exigirlo, mi comportamiento hiso parentesco al de un bebe diciendole desobligada a su madre.

Esto comenzaba a llamar a los gusanos y las moscas, no fui consciente de mi error, nunca quise escuchar, me enamore de mi prototipo de mujer, nublando la imagen de a quien en realidad amaba, era presa de los celos.

Me maldije a mi mismo mientras se marchaba, castigue mi cuerpo y pensamiento, me sumi en la oscuridad, aunque todos veian que estaba a mi lado, yo sabia que la habia perdido, solo hacia falta un accion una escena desagradable para que todo al fin se desplomara.

Despues como si dios condimentara un poco más mi vida con un castigo, recibi una de las más desagradables noticias.

Mientras me bañaba por la mañana, se escucho como frenéticamente tocaban la puerta, me paresure a abrir la puerta con solo una toalla mientras corría empapado, al abrirla esa imagen me conmociono, era mi primo empapado de lagrimas, sin aliento, y entonces comprendí, y le dije.

_Nuestro abuelo a muerto ¿no es así?

El con un torpe movimiento de cabeza asentó, me apresure a cambiarme, para toparme con el cuerpo sin vida de un gran hombre. Cuando entre a la casa mire horrorizado la escena, era como si hubieran cambiado al viejo, por uno 20 años mayor, yacía decrepito y calvo, sus huesos y articulaciones tocaban la piel casi sin músculo, sus ojos estaban entreabiertos al igual que su boca, no quise analizar esta escena, simplemente no podía decirme el como murió, era mejor pensar que había muerto en la paz de un sueño, era más fácil así.

Me senté frente a él, y puse mis manos contra mi cara, casi escondiendo las lagrimas de tristeza pura que habían permanecido ausentes durante muchos años, todo esto no debía estar pasando, todo esto aun no estaba previsto.

Tuve que hacerle presente la triste noticia, y me desplome ante ella cuando las oraciones tocaban sus oídos, sentía un escalofrío en todo mi cuerpo, la sensación de la muerte rondando alrededor.

Tu preocupación se hizo evidente, tu tristeza acompaño a la mía, no podía permitir aquello, simplemente no podía cargar el peso de tu tristeza aunado a su muerte.

No me acompañaste a su cremación, nunca te dije el lugar ni la fecha, nunca te pedí acompañarme, eran sensaciones encontradas, quería un momento solo para mi con él, no tenia que interferir nada, tenias que estar alejada de aquí, tu tristeza me ahogaría aun más.

Me despedí de él, sabiendo que siempre estaría aquí, sus enseñanzas ateas marcaron mi vida y así debía seguir, el no murió por completo, muchas cosas vivirán de él, en la eternidad de los humanos con los que conviva, pasare algo de él hacia todos ellos, así nunca morirás.

Cuando el dolor se avecinaba recordé el por que murió, murió por amor, murió por recordar a su amada aun tras más de 15 años de su muerte, murió para expiar sus sentimientos de pena, vergüenza y culpa, murió para estar con ella, en nuestro recuerdo y por que no, si hay una esperanza, en la otra vida, esperemos que el diablo se cuide y un ángel lo visite muy a menudo.

Regrese a mi ciudad tratando de asimilar la experiencia, me aislé para comprender todo, me olvide de el mundo, lo descuide, cuando regrese todo era diferente a como lo recordaba, olvide que aunque no lo sentía aun había personas que necesitaban de mi, y algunas más, preocupadas y enfurecidas de botarlos, si no respondían a mis preguntas, mi cabeza se había inundado, con la idea de hacer encajar toda esta vivencia en mi mente, pero lo que gane mientras paso esto, fue algo muy diferente a lo que deseaba.

Poco después casi proféticamente llego el temido día, comencé a seguir el rastro de mis acciones, y pronto ella cayó en manos de un deforme sin sentido del amor. Regreso con furia y tristeza, reclamando por que no la seguí, mientras ella no sabía que yo ya me había culpado de todo esto.

Mis manos se llenaron de furia, la impotencia me degradaba, los recuerdos de su engaño asaltaban mi mente, la locura estallaba en mis venas, reprimí todo para olvidar, pero solo avive el dolor en mí.

Soporte que le llamara perra, soporte que ella aun lo considerara su amigo, soporte los consejos en las borracheras, los juicios de mis amigos hacia ella, soporte el que ella se alejara, soporte que todo se fuera a la mierda, por que tal vez simplemente había dejado de importarme.

Era el momento de dejarla ir, y comencé la despedida, era mejor que me odiara y me creyera una mierda, era mejor que me odiara, por que sabía que la buscaría de nuevo y solo traería tristeza y caos a su vida.

viernes, octubre 16, 2009

Capitulo 8. Reflejos dispersos.

Llego la época de tormentas, nuestros pasos son lentos y cuidadosos, nos empapamos de tanto en tanto, creamos escenas inexplicables en ellas, te amo.

Han comenzado los días de maneras extrañas, no sabemos hacia donde vamos entre la pasión y el cariño, hablamos de repente nuestras discusiones son largas pero llenas de emoción, nuestras ideas chocan, te deseo.

Te rehúsas a decir las historias completas, cierras las frases de vez en cuando, me miras de manera ingenua sabiendo que soy un ingenuo, te ansío.

Nuestros gustos son distintos, nos mostramos parte de nuestro mundo nos aferramos siempre a nuestras ideas ante nosotros, compartimos el uno del otro con los demás, te respeto.

Ya ha pasado más de una año desde aquel día, mi mirada trata de leer alguna respuesta hacia sus interrogantes, mi cuerpo se siente frío es una agradable sensación, mi peso ha bajado, estoy mas cómodo, mis rutinas son variadas y excesivas, puedo con todo lo que se me presente.

Me dirijo a nuestro encuentro, te explico alguna graciosa proeza, robo una carcajada tuya, te abrazo y conversamos mientras observamos el infinito.

_Sabes, me encanta estar a tu lado – dije, como si estuviera obligado a agradecer su presencia-, es como si descansara todo mi ser, tal vez me recargo a tu lado, eres como mi mana, la fuerza que me permite vivir todos los días y vivir en serio, desapareciendo mis limitantes.

_A mi también me gusta la sensación, es agradable – respondió tratando de ocultar cierta tristeza-

_ ¿Que es lo que te aqueja mi amada? – pregunte mientras escondía una carcajada, para tratar de sacar la suya-.

_No es nada, solo no se, en ocasiones me siento triste, sin saber el por que.

_Eso no tiene mucha lógica que digamos, ¿no?, todo tiene una razón y causa, ¿o no es así?

_Te digo que no lo se, si lo supiera ya te lo hubiera dicho

Me quede callado mirando al infinito, mientras preparaba un interrogatorio, nadie se podría llevar mi felicidad ni siquiera ella. Me propuse a investigar un poco, y poco a poco me tope con algunas pistas, algunas atormentaban mis ratos libres, otras tantas les buscaba solución, las entrelazaba a contextos, teorías psicológicas y filosóficas de mi invención. Necesitaba algo fuerte, necesitaba arrancar toda esa tristeza desde su raíz.

Me propuse a hacer una terapia de shock inconscientemente, tenia planeado todo tipo de respuestas y escenarios posibles para el día de la “terapia”.

Comencé la conversación con ejemplos de vida, la mayoría ficticios pero que según mis especulaciones darían lugar al tipo de conversación y actitud de plática que deseaba, pero ella no era estupida, sabia que nunca hablaba por hablar que con cada una de mis palabras siempre quería llegar a algo.

Se forzó a no seguir el camino que le preparaba y en un arranque de furia y llanto, me respondió mas de lo que hubiera deseado, simplemente todo aquello era insoportable, nunca hubiera pensado que todas sus confesiones las suprimiría, casi como un niño en un trauma, pero sin embargo gane un poco de su confianza, otro tanto de su miedo y desprecio hacia mi.

jueves, octubre 15, 2009

Capitulo 7. Weregild

Despues de ese día, sentía una extraña sensación en cada molécula de mi cuerpo, soñaba cada día que llegarías a tocar mi puerta, cuando visitaba aquella plaza esperaba verte en una banca esperando como una niña a que yo llegara, esperaba que me sorprendieras en una de mis sesiones de juego, esperaba hallarte en el chat, esperaba una carta tuya, un mensaje contado por mis amigos de que me habías buscado, esperaba que quisieras verme.

Y así paso casi una semana, imaginaba todo tipo de escenas de nuestro encuentro aun algunas muy felices pero la mayoría eran de encuentros tormentosos, y tristeza en mi corazón.

Habían pasado 6 días desde nuestro encuentro, me dirigí a mi sesión acostumbrada de observar la plaza hasta asquearme de cigarrillos para después ir a jugar, me senté frente a la computadora, observe el blanco reloj y cheque mi correo, así como si nada apareció algo que casi hizo explotar mi corazón.

Era un mensaje tuyo, lo abrí con la precisión de un detector de minas, empecé por la primer línea, antes de dar el parpadeo mas largo de mi vida, y para la sorpresa del mundo y el destino, era una propuesta de noviazgo, la carta era un poco burda y tonta, con una canción dedicada hacia mi (que por cierto la canción era un asco, pero por todo lo demás, sentía que estaba brindando con Zeus), mi mirada se agudizo al grado que podía observar los hilos en los tejidos de mi manga, mi sentidos probaban uno a uno los sabores del tabaco, sentía como el frío erizaba mi folículos, sentí el movimiento de mi iris, hasta que mis pupilas delataron mi emoción y así sin más de un salto, me dirigí a la puerta para tomar aire, calmarme un poco, y gritar ante el destino y este mundo contra el cual luchaba, ella me ama!.

Después de casi querer romper tiempo y espacio con mi alegría, me senté mas tranquilo a jugar, contando los minutos para que el mañana llegara.

Me levante temprano mucho mas de lo habitual, amaneció tan fresco y energizado que no se notaba que solo había dormido unas tres horas, hice el desayuno, me prepare un te, escogí la ropa. Cante L.A Woman en la ducha, es una dedicatoria en las ocasiones especiales, mientras The Doors inundaba cada rincón de la casa, mi acicalamiento seguía su ritmo. Estaba listo para darte una sorpresa, visitaría de nuevo tu casa y sin más te secuestraría algunas horas, el camino era un verde real, una tierra con olor a humedad y toque de hierba, un sol enceguecedor y un frío refrescante.

Mientras bajaba del transporte, mis pasos se hicieron seguros, mi actitud reventaba de seguridad, había crecido algunos centimetros con la postura que tome al andar, llegue y toque tu puerta, para después casi orinarme en los pantalones del miedo.

Saliste mirando de entre ojo, llena de vergüenza y timidez, te tome entre mis brazos y musite.

Con que quieres estar a mi lado –dije con un poco de dulzura y sarcasmo- .

Así es, dijo mientras me miraba fijamente.

Y de la nada tu sonrisa se convirtió en beso, mientras me apartaba un momento para darte un si definitivo.

Llegamos a mi ciudad y paseamos un momento, para después cubrirnos en mis cobijas y compartir nuestra pasión.

miércoles, octubre 14, 2009

Capitulo 6. Adelante.

Frecuento los lugares que invaden los sentidos, me acompaño de su melodía, recuerdo cada rincón de ellos, los he asimilado por completo, siento ganas de compartirlos. Esto podría sonar casi a lo que me refiero, le decía mientras la llevaba hacia un mirador.

_Me sorprende que quisieras venir –dije entusiasmado-.

Ella solo me miro un momento tratando de desaparecer una mueca de su cara, para después solo mirar sus rodillas.

Llegamos a la cima, nos bajamos del taxi y nos dispusimos a reunirnos con nuestros compañeros. El aire estaba impregnado de alcohol y tabaco, por el fondo percibía un pequeño olor a marihuana, a mi derecha resonaba casi rítmicamente el sonido de la coca al ser inhalada, a mi izquierda la primera puta de la noche que caería en manos del Rocinante, pasamos y automáticamente comenzaron los saludos de mano, y poco a poco ella fue absorbida por una masa desbordante de estrógenos (es decir la bola del chisme), y quisiera o no, conviví con mis amigos.

Ya en ese momento el círculo de hombres consistía de esta manera, a mi derecha el Rocinante a mi izquierda el Velfo, al lado de Velfo el Sirano, a lado del Rocinante el Hidroso y a su lado el Padrino que a su vez estaba lado de Sid. Mientras hablábamos de una que otra cosa absurda de la vida, para después solo reírnos de alguna estupidez de el Rocinante, de pronto como era costumbre el alcohol y el cigarro iban haciendo su efecto, las platicas más serias empezaban a emerger, entre los hombres se escuchaba al máximo su limite de elocuencia (que por cierto solo en dos era respetable) charlaban de temas existenciales y de una que otra curiosidad científica o social, mientras que con las mujeres siempre aparecía una barrera de confidencialidad hacia nosotros, y de pronto llegaron las reuniones de nostalgia inmediata, los hombres hacías las mujeres y viceversa.

Parecía una contienda entre feministas y misóginos, yo me burlaba de ella, mientras otros la defendían, después ella me dejaba me dejaba en ridículo y ellas me defendían, así era siempre entre nuestros corazones, siempre me sorprendía como nunca caía en mis trampas, casi parecía que las pisaba sabiendo donde estaban, siempre estaba casi leyendo mi mente, pero sabia que me amaba.

Pasado un rato, con algunas copas encima, nos quedamos uno junto al otro, te pidieron que recargaras tu cabeza en mi hombro para un fotografía y por gracia de los dioses te quedaste así, nuestras conversaciones eran lentas y tranquilas casi como la primera vez que te hable, se notaba una química decente, no te molestaba que mi piel rozara la tuya, nunca había sido tan feliz.

_Por que eres tan malo conmigo –decía con una mezcla de sarcasmo y ternura-.

_Por que tú lo eres conmigo – por dios parezco un niño-.

_Nombra por lo menos alguna vez.

_Bueno recuerdas esa vez, que me empujaste con tu cadera después de que me dejaste a med…

_OK, bueno ya entendí, Shhhhhh.

Era un juego tierno, hacer aflorar nuestro lado infantil, olvidar los problemas; jugar a ser los que éramos antes de ellos. Me dispuse a dejar los juegos y adoptar la actitud suficiente, para lo que me proponía a hacer, estaba listo, el viento me lo decía, me acerque hacia ella la tome del brazo y la lleve a un rincón, las miradas de los demás estaban ocupadas de sus asuntos, solo nuestros niñeros nos miraban furtivamente con una sonrisa.

_No puedo soportarlo más, eres todo lo que deseo, permíteme hacerte feliz –dije con entrecortada amargura-.

_Pero es que ya soy feliz en este momento, así es como me gusta estar, lo comprendí cuando leo me traiciono otra vez – lo dijo de tal manera, que parecía que ya estaba preparado-.

_Por eso te advertí que conmigo seria diferente, antes de que te largaras con él, mi sangre hervía cuando los veía juntos, quería arrancarme el corazón cuando se besaban, para que después pasaras junto sin siquiera mirarme, tratándome como un objeto prohibido, casi como si me desearas.

_Pues no es lo que parece, siempre e querido que sigamos siendo amigos.

_En ese caso nunca me hubieras dejado entrar de esta forma en tu vida, no puedo resistir estar sin ti, eres una adicción, una por la que me pudriría antes de compartirla, es como probar la vida y dejarla ir.

_¿Sabes que todo cambiaria, que no me mirarías de la misma forma, que dejarías de ser mi amigo?

_Te ame siendo tu amigo y nunca dejare de amarte.

_Pero no quiero perderte.

_¿Quién ha dicho que un día me perderás?

Ella solo apretó sus labios, me miro en silencio, me mire en sus ojos cafés, acerque mis labios contra los suyos, justo después de aspirar su aliento la bese, solo con las estrellas mirando recelosas, sentados en ese gran pedazo de cantera, mis labios pasaron a ser una nueva parte de tu ser, todo era perfecto.

Mi esencia estaba conmocionada, mi cuerpo no lo creía, y como un niño llorando te abrace, confesando al fin mis preciadas palabras con una voz falta de aliento “nunca pensé que llegaría este momento pero nunca fui tan feliz”.

Se aparto un momento de mí y con una tierna sonrisa secaste una de mis lágrimas y sin decir nada regresaste a mis labios.

martes, octubre 13, 2009

Capitulo 5: Casas embrujadas.

Cuando al fin desperté, y vi su mano sobre mi pecho, la realidad se volvió tan clara y familiar, como si otro día hubiera llegado sabiendo que ella iba a estar a mi lado, no parecía nada tomado al azar todo parecía tan pleno y absoluto, hasta que llego el día de su gran engaño.

Siempre me gusto jugar con mis zapatos entre las rocas que resuenan a lluvia al caminar, mientras me dirigía a mi encuentro alcance a notar un hermoso par de claveles, nunca e sido aficionado a estas flores a mi gusto opto por orquídeas, sin embargo eran sus favoritas y evocando su recuerdo decidí tomarlas agradeciendo en silencio su sacrificio, es placentera la realidad que transforma mediante su imagen, ella hace del mundo un sueño, a su lado no hay razón para despertar, es una sensación tan pura y a la vez molesta, los pasos se hacen ligeros y los pensamientos pesados, el miedo invade tu cuerpo al pensar siquiera en perderla, la felicidad se muestra en mi rostro al saber que en un instante veré sus ojos. Los pasos y pensamientos me llevaron hacia su puerta, poseía una melancolía malsana provocada por un día sin su roce, toque a la puerta 3 veces como acostumbraba, cuando las puertas comenzaron a abrirse podía sentir mi espíritu tratando de ir hacia ella, al ver su sonrojado rostro, mis pupilas se expandieron para no perder ni un segundo de su luz.

Ella.- Hola, ¿Qué haces aquí? – pregunto mientras su mirada rápidamente volteo hacia abajo-.

Dorian.- Solo pase a saludar, acaso es un crimen darte una sorpresa – respondí sarcásticamente ocultando los claveles detrás de mi -.

Ella.- No, solo que no te esperaba – dijo bostezando-.

Dorian.- Bueno, no resistí las ganas de verte, así que por eso me tienes aquí – reconocí, al tiempo que dejaba a su vista los claveles acercando mi segunda mano a su rostro llenando mis yemas con un poco de su sudor-.

Ella.- Sabes, este día estoy muy cansada –respondió al tomar los claveles- y en verdad no tengo tiempo para ti.

Dorian.- ¿Ni siquiera un abrazo o un te quiero?

Ella.- En verdad, -asesinando las dulces flores con sus manos- hoy no.

Cuando cerraba su puerta, mi insatisfacción poseyó mi cuerpo, detuve la puerta bruscamente con todas las fuerzas que poseía, la abrí de nuevo lentamente, mientras su aliento la abandonaba y sus ojos se llenaban de temor, mi ira se convirtió en placer al arrancarle un beso frente al espectro que rondaba su habitación. El clima se torno impetuoso como si de mi humor dependiera, ella me alejo de golpe al escuchar la puerta de su habitación abrirse, su silueta se hizo visible el era mi objeto de odio y pesadillas.

Leo.- Hola, de acá a un tiempo nuestros encuentros son cada vez más continuos “no tienes oportunidad de arrebatarme mi juguete”.

Dorian.- Es verdad, aunque un gusto como siempre “no dejare lo que más amo”.

Leo.- Bueno y se puede saber a que podemos agradecer tu presencia “me enferma el solo verte, lárgate”.

Dorian.- A entregar unas flores, que me habían sido encargadas “ojala vomites tus entrañas”, pero descuida ya me iba.

Leo.- ¿Con este clima? Lo dudo, vamos te invito un trago mientras esto pasa “ofreceré lo que quiera ya que esto y más me pertenece”.

Dorian.- Gracias, pero creo que por esta vez pasare “te matare y escupiré en tu tumba”.

Al instante de salir hacia la tormenta, la puerta se cerraba detrás de mi, mientras el se acercaba hacia ella mirándome con un sentimiento de superioridad, camine una eternidad bajo mis lagrimas, en un momento me detuve y vi correr a éstas salpicando mi cuerpo, levante mis manos en forma de plegaria hacia mis adentros, cuando por fin recobre las fuerzas, levante mi rostro perdiendo mi mirada entre el furioso horizonte, descubrí como ganar su corazón, mi esencia se apaciguo, y en un respiro regrese a jugar con el sonido de mis preciadas piedras.

lunes, septiembre 21, 2009

Quien quiere tener ideas?

Usualmente no tengo conversaciones originales, todos al comenzar a leer esto pensarían que voy a echarles en cara que tuve una, pero no es así, ni una sola platica amena e tenido en meses, se sienten décadas diría yo, la personas reales ahora aparecen mágicamente en series de televisión, libros, manga, cómics y una que otra película pasada por cable.

Sonaría fácil sacar una estupida historia de todo esto, pero no es tan fácil como parece, pienso demasiado en acertijos mentales, abstracciones sentimentales y una que otra broma lógica o científica, y que es lo q tengo de resultado nada. Todos mis escritos me parecen una sesión de masturbación con cruda moral, tengo todo para hacerlo pero muy poco al hacerlo.

Parece que estoy anclado en el lugar que mas me gustaría pero no puedo sacar nada de él.

sábado, mayo 16, 2009

Cap 4. Cocina etherea

Ella.- Parece que la vida te trata mejor, has recuperado tu sonrisa –saludo de repente, dando ocasión para la obviedad-.

Dorian.- Así es, y no precisamente gracias a ti, amor –entrecortando una sonrisa por demás decir psicópata-.

Ella.- Ho entonces hay una afortunada, o afortunado –respondió mientras dejaba escapar uno de sus apreciados balbuceos a los que llamo risa-.

Dorian.- Descubrí que si no hay algo que me haga sentir bien, nunca lo perderé y por lo tanto nunca me sentiré mal, –lógica básica, creó- es decir que no hay nadie en mi vida, aunque es un poco aburrido y monótono, pero más seguro, además no voy a conseguir a alguien solo por desaparecer mi aburrimiento.

Ella.- ¿Acaso eso sonó a madurez?, cada día me sorprendes más, a la vez que me acabas de decepcionar, –odio cuando hace eso- el temor no es un buen compañero se hará cada vez más difícil cargar con él ya que es de los pocos sentimientos que se alimentan de si mismos.

Dorian.- Lo sé, aunque por lo general soy el arquetipo de idiota, soy una persona que pasa su vida razonando y analizando.

Ella.- Creo que también esa es una de tus fallas, vives demasiado como espectador, no seria mas interesante ser la fuente de todo lo que te afecta y no esperar a los demás.

Dorian.- Si, pero no se puede vivir sin consecuencias, –respondí ya harto de la conversación, ¿hace cuanto que no te veo?, y saludas con un sermón que me lo se letra por letra- todos ellos pierden algo a cambio, hasta ahora el que sea espectador a hecho mi vida más pasiva, pero mas cómoda, todo lo tomo por osmosis, así como una esponja –presintiendo de que esto la acabaría, al fin había ganado una discusión-.

Ella.- Bueno, tienes toda la razón, sin embargo la vida tiene un limite, aprovéchala un poco antes de que llegue, pierde el pudor y el miedo, arremete contra todo lo que te lastime, y obtén todo lo que te cause placer, veras que cuando llegue el momento no habrá quien te juzgue después de muerto.

Pablóv estaría feliz al ver que una mujer cada vez que es vista deja boquiabierto a este hombre, mas ella siempre a sido buena con las palabras pero no es la persona más profunda del mundo, en cambio si una gran controladora, tal vez me esta proponiendo muy a su estilo que aproveche este día que la volví ver, ¿pero será solo un paseo?, lo dudo un poco, pero sin embargo nunca eh podido resistirme a esos ojos.

Dorian.- Esta bien, ¿te gustaría ir a comer?

Ella.- ¿A dónde? –Echándome en cara su desconfianza-.

Dorian.- A un restaurante, o a mi casa tal vez.

Ella.- Optaría por el restaurante, ya que de todas formas tu comida no es muy de mi agrado, pero me gusta tu casa –la sonrisa que se formo en esos labios fue la más descarada nunca antes vista-, y además por algo vine a visitarte.

Dorian.- OK, pero tú pica las cosas.

Atravesamos, la estupida plaza, que por cierto ya no era tan estupida mientras me tomaba del brazo.
El viento comenzó la sinfonía ente los árboles y su cabello, mientras las hojas bailaban alrededor nuestro quitando todo momento de intimidad, trate de besarla, se alejo un instante para después volver, un baile de ocasión, las notas agudas acercaban sus brazos, la graves su rostro, de pronto el apacible concierto, dio un estridente vuelco, mis latidos se hicieron mas notorios, me cubría de energía, cuando en un instante todo quedo en calma y comenzó a sonar el arpa, humedeciendo sus labios con los míos, lagrimas de ensueño recorrían nuestros cuerpos.

Nos alejamos gracias a las miradas indiscretas que se les hacen a las parejas bajo la lluvia, mientras corríamos torpemente hacia mi hogar nos deteníamos de tanto en tanto para probar nuestros labios, al llegar abrí la puerta con calma casi como si no me importara el que ella tiritara, al entrar sus frías manos tomaron mi rostro, y de nuevo acerco sus gélidos y temblorosos labios, respirando mi congelado aliento, su pelo se escurría entre mis manos, la ropa era pesada, lastimaba, así que nos deshicimos de ella entre empapadas caricias, después del frenesí entre la tormenta, su boca dejo salir estas palabras:

Ella.- No es que no sea de mi agrado, pero nunca hemos logrado comer en esta casa.

Cap. 3 Realizacion

Nunca pertenecí a este mundo, si alguna vez muero ruego por que sea en el momento más feliz de mi vida, para que mi alma aun mantenga una esperanza. En un mundo que ella mantuvo, amo y lloro, mi propia estupidez me ha a llevado hasta el limite, no se si falta algo pero el tiempo es demasiado largo para mi gusto, solo espero que al morir cada una de ellas recite un poema en mi tumba, aquel que les entregue derramando todas mis lagrimas que fueron realidad resueltas en sueños.

Siempre entregue mi corazón a desconocidos, puede que el mundo acabe cuando yo perezca, ojala fuera de esta manera para mantenerlo en mis inertes recuerdos, pedazos de mi amor y no de vida dejare a mi paso, mi tristeza se ira con el polvo de mis pasos, mi sangre recorrerá todo escrito que eh tocado, mis lagrimas cada historia verdadera que mire, mi ira destruyo cada vida que realice, la locura seguirá constante e infinita en cada fantasía que mantuve, tú surreal sueño, musa de poesía y verdad, maldigo el momento en que mi carruaje se desvió hacia ti, bendigo el instante en que te conocí, deslumbrado en tu belleza y plenitud, canté poemas en cada caricia que compartí, mordí tus labios para beber tus sangre, extasié tu rostro para tomar de tus lagrimas, espere una eternidad para aprender de ti, fue demasiado para un mortal y poco para tu adicción a lo terrenal.

Destroce mis miembros para llegar hacia ti, angelical visión desde la distancia, demoníaca realidad mientras escurría la sangre en cada beso tuyo.

Ame cada verso que escribimos juntos, realice cada uno de los sueños construidos.

Amada ¿Hace cuanto que desperté para nacer en ti?, ¿Por qué morí?, agonice en el momento que me aleje de ti, me arrastre como un gusano llevado por la lujuria mientras huía, me escondí en espejismos que parecían otros corazones, me aleje de todo, me aloje en la nada, luche con mi unísono sin nunca olvidarte, dejaste una yaga sin notarlo, alentó mis pasos, deje un rastro para ti, quiero perecer en tus brazos, para concluir como intenté a amar.

lunes, febrero 23, 2009

Ya era hora

Antes de retomar la serie de cuentos q a nadie le importa, ps kise pasearme por aqui ya que desde hace 4 meses ue no lo visito.

Bno cada cosa empiza de una manera energica, es decir que mediante la desesperacion de si misma por volverse real sale de nuestras mentes, para llegar asi a un papel, una pagina de internet o solo desaparecer un instante en el aire.

Cayendo en la cuenta de lo que e hecho, de lo que hemos hecho, no recuerdo una sola vez en la que realizara algo pasivamente, parece que si esta es la actitud que adquirimos para enfrentar este problema, los demas hacen las cosas por nosotros. Acaso hemos llegado a un punto en el que hay tantas opciones que sin importar lo que hagam,os algo pasara? Posbiblemente, aunque obviamente exsite el equilibrio.

No es genial ser actor y espectador de la vida?