martes, octubre 27, 2009

Capitulo 13. Debilidad.

No recuerdo hace cuantos días nuestra unión se disolvió y formo de nuevo, tal vez fue uno tal vez fueron tres, pero en ese tiempo no encontré razones suficientes para explicar tus acciones.

Ese día llegue una hora tarde a la escuela, y sin mas me dirigí a mi salón, todo parecía la inmutable imagen escolar. Entre clases me dirigí al tuyo para pasar a saludar, mire por la puerta y tu asiento estaba vacío, sentí una extraña sensación por mi cuerpo, pregunte que si habías ido a clase, y con miedo todos respondían que no.

Algo extraño pasaba, la gente solo le temía a mis estados de ánimo, mire de vuelta hacia su asiento y me percate que el asiento del cerdo estaba vacío. Mi cara cambio de color, mis ojos se encolerizaron, estaba al borde de tener un episodio de berserkirgangr, comencé a caminar de un lado a otro como un lobo frente a otro.

Mi mente estaba nublada, no podía escuchar a nadie, y sin darme cuenta un amigo hizo su aparición.

_ ¿Que te pasa?, si no me equivoco la causante de esto es ella no, ¿ahora que hizo?

_No lo se.

_Entonces por que estas así, qué pasó.

_Ella no vino a clase.

_Y estas así solo por eso, no sabes lo que a pasado, yo que tu iría a visitarla para despejar mis dudas y si falto por enfermedad tal vez se vea como un buen gesto.

_Sabes tienes razón, voy a su casa.

Y sin nada más en mente, fui en su búsqueda, mientras el transporte se dirigía a su casa, mi espíritu intranquilo afecto mi cuerpo y mente, pensaba en todo los escenarios posibles, pensaba en los peores que mi imaginación podía soportar. Y en un arranque ingenuo mis manos adoptaron la posición de un tradicional rezo cristiano e implore por que estuviera en su casa enferma y que al salirme mirara confundida por su enfermedad, cuando me di cuenta de mis acciones, separe mis manos horrorizado ante la escena que proyectaba.

Conté mis pasos desde el transporte hasta la entrada de su casa, toque con una obligada calma mientras mi fuerza se iba con la desesperación del momento. Una figura familiar abrió la puerta, era su madre.

_Disculpe señora, se encuentra ella en casa.

_No, ella esta en la escuela – dijo muy sorprendida-.

Regrese a mi ciudad, bombardeado de las más violentas sensaciones asaltando mis sentidos, llegue al ciber donde acostumbraba reunirme con Velfo.

Después de unos agonizantes minutos el llego, en sus palabras me mostró la repulsión de lo que había pasado mientras no estaba.

_Sabes, como dos horas después de que te fuiste, ella llego ebria buscándote.

_ ¿Y llego sola?

_Si, pero unos minutos después llego el cerdo.

_Eso me temía.

_Pero sabes, me contaron lo que paso, parece que ella tuvo una platica con el en secreto, algo acerca de un invitación y que no quería consecuencias después de eso.

Mientras me platicaba las escenas, mi imaginación me había llevado a desgarrar su carne con mis uñas, descuartizar al cerdo y lanzarlo al lodo para que lo devoraran sus hermanos y yo con un bisturí sacando mis entrañas de poco a poco.

_A la chingada, todo se puede ir al carajo, esperemos que mañana los vea.

_Esta bien, si sobrevives ahí te esperaremos.

Y con pasos intranquilos me dirigí a mi casa.

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