martes, octubre 13, 2009

Capitulo 5: Casas embrujadas.

Cuando al fin desperté, y vi su mano sobre mi pecho, la realidad se volvió tan clara y familiar, como si otro día hubiera llegado sabiendo que ella iba a estar a mi lado, no parecía nada tomado al azar todo parecía tan pleno y absoluto, hasta que llego el día de su gran engaño.

Siempre me gusto jugar con mis zapatos entre las rocas que resuenan a lluvia al caminar, mientras me dirigía a mi encuentro alcance a notar un hermoso par de claveles, nunca e sido aficionado a estas flores a mi gusto opto por orquídeas, sin embargo eran sus favoritas y evocando su recuerdo decidí tomarlas agradeciendo en silencio su sacrificio, es placentera la realidad que transforma mediante su imagen, ella hace del mundo un sueño, a su lado no hay razón para despertar, es una sensación tan pura y a la vez molesta, los pasos se hacen ligeros y los pensamientos pesados, el miedo invade tu cuerpo al pensar siquiera en perderla, la felicidad se muestra en mi rostro al saber que en un instante veré sus ojos. Los pasos y pensamientos me llevaron hacia su puerta, poseía una melancolía malsana provocada por un día sin su roce, toque a la puerta 3 veces como acostumbraba, cuando las puertas comenzaron a abrirse podía sentir mi espíritu tratando de ir hacia ella, al ver su sonrojado rostro, mis pupilas se expandieron para no perder ni un segundo de su luz.

Ella.- Hola, ¿Qué haces aquí? – pregunto mientras su mirada rápidamente volteo hacia abajo-.

Dorian.- Solo pase a saludar, acaso es un crimen darte una sorpresa – respondí sarcásticamente ocultando los claveles detrás de mi -.

Ella.- No, solo que no te esperaba – dijo bostezando-.

Dorian.- Bueno, no resistí las ganas de verte, así que por eso me tienes aquí – reconocí, al tiempo que dejaba a su vista los claveles acercando mi segunda mano a su rostro llenando mis yemas con un poco de su sudor-.

Ella.- Sabes, este día estoy muy cansada –respondió al tomar los claveles- y en verdad no tengo tiempo para ti.

Dorian.- ¿Ni siquiera un abrazo o un te quiero?

Ella.- En verdad, -asesinando las dulces flores con sus manos- hoy no.

Cuando cerraba su puerta, mi insatisfacción poseyó mi cuerpo, detuve la puerta bruscamente con todas las fuerzas que poseía, la abrí de nuevo lentamente, mientras su aliento la abandonaba y sus ojos se llenaban de temor, mi ira se convirtió en placer al arrancarle un beso frente al espectro que rondaba su habitación. El clima se torno impetuoso como si de mi humor dependiera, ella me alejo de golpe al escuchar la puerta de su habitación abrirse, su silueta se hizo visible el era mi objeto de odio y pesadillas.

Leo.- Hola, de acá a un tiempo nuestros encuentros son cada vez más continuos “no tienes oportunidad de arrebatarme mi juguete”.

Dorian.- Es verdad, aunque un gusto como siempre “no dejare lo que más amo”.

Leo.- Bueno y se puede saber a que podemos agradecer tu presencia “me enferma el solo verte, lárgate”.

Dorian.- A entregar unas flores, que me habían sido encargadas “ojala vomites tus entrañas”, pero descuida ya me iba.

Leo.- ¿Con este clima? Lo dudo, vamos te invito un trago mientras esto pasa “ofreceré lo que quiera ya que esto y más me pertenece”.

Dorian.- Gracias, pero creo que por esta vez pasare “te matare y escupiré en tu tumba”.

Al instante de salir hacia la tormenta, la puerta se cerraba detrás de mi, mientras el se acercaba hacia ella mirándome con un sentimiento de superioridad, camine una eternidad bajo mis lagrimas, en un momento me detuve y vi correr a éstas salpicando mi cuerpo, levante mis manos en forma de plegaria hacia mis adentros, cuando por fin recobre las fuerzas, levante mi rostro perdiendo mi mirada entre el furioso horizonte, descubrí como ganar su corazón, mi esencia se apaciguo, y en un respiro regrese a jugar con el sonido de mis preciadas piedras.

1 comentario:

Unknown dijo...

iiiiiiiiiiiiiii xD

Mal pedo la neta, pero bueh no se puede obligar a nadie~