sábado, octubre 17, 2009

Capitulo 9. Nuestro padre.

Su renuente empeño a alejarse cada vez mas de mi, la llevo a probar otros aires a probar algo mas que un poeta, psicólogo, o correctamente llamado amante con complejo de padre.

Solia desaparecer de vez en cuando, a obtener su espacio, comenze a apreciar cada momento juntos y comenze a exigirlo, mi comportamiento hiso parentesco al de un bebe diciendole desobligada a su madre.

Esto comenzaba a llamar a los gusanos y las moscas, no fui consciente de mi error, nunca quise escuchar, me enamore de mi prototipo de mujer, nublando la imagen de a quien en realidad amaba, era presa de los celos.

Me maldije a mi mismo mientras se marchaba, castigue mi cuerpo y pensamiento, me sumi en la oscuridad, aunque todos veian que estaba a mi lado, yo sabia que la habia perdido, solo hacia falta un accion una escena desagradable para que todo al fin se desplomara.

Despues como si dios condimentara un poco más mi vida con un castigo, recibi una de las más desagradables noticias.

Mientras me bañaba por la mañana, se escucho como frenéticamente tocaban la puerta, me paresure a abrir la puerta con solo una toalla mientras corría empapado, al abrirla esa imagen me conmociono, era mi primo empapado de lagrimas, sin aliento, y entonces comprendí, y le dije.

_Nuestro abuelo a muerto ¿no es así?

El con un torpe movimiento de cabeza asentó, me apresure a cambiarme, para toparme con el cuerpo sin vida de un gran hombre. Cuando entre a la casa mire horrorizado la escena, era como si hubieran cambiado al viejo, por uno 20 años mayor, yacía decrepito y calvo, sus huesos y articulaciones tocaban la piel casi sin músculo, sus ojos estaban entreabiertos al igual que su boca, no quise analizar esta escena, simplemente no podía decirme el como murió, era mejor pensar que había muerto en la paz de un sueño, era más fácil así.

Me senté frente a él, y puse mis manos contra mi cara, casi escondiendo las lagrimas de tristeza pura que habían permanecido ausentes durante muchos años, todo esto no debía estar pasando, todo esto aun no estaba previsto.

Tuve que hacerle presente la triste noticia, y me desplome ante ella cuando las oraciones tocaban sus oídos, sentía un escalofrío en todo mi cuerpo, la sensación de la muerte rondando alrededor.

Tu preocupación se hizo evidente, tu tristeza acompaño a la mía, no podía permitir aquello, simplemente no podía cargar el peso de tu tristeza aunado a su muerte.

No me acompañaste a su cremación, nunca te dije el lugar ni la fecha, nunca te pedí acompañarme, eran sensaciones encontradas, quería un momento solo para mi con él, no tenia que interferir nada, tenias que estar alejada de aquí, tu tristeza me ahogaría aun más.

Me despedí de él, sabiendo que siempre estaría aquí, sus enseñanzas ateas marcaron mi vida y así debía seguir, el no murió por completo, muchas cosas vivirán de él, en la eternidad de los humanos con los que conviva, pasare algo de él hacia todos ellos, así nunca morirás.

Cuando el dolor se avecinaba recordé el por que murió, murió por amor, murió por recordar a su amada aun tras más de 15 años de su muerte, murió para expiar sus sentimientos de pena, vergüenza y culpa, murió para estar con ella, en nuestro recuerdo y por que no, si hay una esperanza, en la otra vida, esperemos que el diablo se cuide y un ángel lo visite muy a menudo.

Regrese a mi ciudad tratando de asimilar la experiencia, me aislé para comprender todo, me olvide de el mundo, lo descuide, cuando regrese todo era diferente a como lo recordaba, olvide que aunque no lo sentía aun había personas que necesitaban de mi, y algunas más, preocupadas y enfurecidas de botarlos, si no respondían a mis preguntas, mi cabeza se había inundado, con la idea de hacer encajar toda esta vivencia en mi mente, pero lo que gane mientras paso esto, fue algo muy diferente a lo que deseaba.

Poco después casi proféticamente llego el temido día, comencé a seguir el rastro de mis acciones, y pronto ella cayó en manos de un deforme sin sentido del amor. Regreso con furia y tristeza, reclamando por que no la seguí, mientras ella no sabía que yo ya me había culpado de todo esto.

Mis manos se llenaron de furia, la impotencia me degradaba, los recuerdos de su engaño asaltaban mi mente, la locura estallaba en mis venas, reprimí todo para olvidar, pero solo avive el dolor en mí.

Soporte que le llamara perra, soporte que ella aun lo considerara su amigo, soporte los consejos en las borracheras, los juicios de mis amigos hacia ella, soporte el que ella se alejara, soporte que todo se fuera a la mierda, por que tal vez simplemente había dejado de importarme.

Era el momento de dejarla ir, y comencé la despedida, era mejor que me odiara y me creyera una mierda, era mejor que me odiara, por que sabía que la buscaría de nuevo y solo traería tristeza y caos a su vida.

No hay comentarios.: